Un chef en Haití
José Andrés | Puerto Príncipe
Ha sido duro el día de hoy. Aún me quedan varias historias que compartir. Pero hoy, cuatro españoles han perdido la vida en Font Verrettes. Yo hace sólo siete días que he estado allí, en Fond Verrettes.
Muy difícil acceso a un sitio precioso, pero lleno de necesidad. He llegado a Santo Domingo en un vuelo de Naciones Unidas desde Puerto Príncipe. Varios helicópteros despegaron a mi alrededor con destinos diferentes. Con misiones no de paz, pero todavía algo mas noble: con ayuda humanitaria, muchas veces trayendo alimentos allá donde no los tienen.
Pudieron haber sido cualquiera de esos helicópteros. No puedo sentir una pena infinita. Yo nunca he ocultado mi orgullo de haber servido en la Marina española. Presté servicio en el Juan Sebastián Elcano. Con orgullo digo que he sido militar.
En Puerto Príncipe he tenido el privilegio de conocer de una forma espontanea a algún militar español o policías nacionales. He compartido cerveza e historias. La labor de estas personas ha de ser reconocida. La imagen de un país no se crea solamente con grandes gestas puntuales pero con la labor día a día del cuerpo diplomático, militares policías, o españoles trabajando en diferentes organismos internacionales muchas veces sirviendo en partes del mundo remotas, paliando el hambre o la sed...
Creando un camino al futuro sin que muchas veces sepamos de ello. Ser militar es una profesión noble y como españoles hemos de rendir homenaje a estos señores que sirven lejos de sus hogares por el bien de un prójimo al que no conocen.
A sus viudas , familiares y amigos mi mas sentido pésame, pero yo les voy a dar algo más: en mi corazón un fuerte aplauso sin límite y una ovación mirando al cielo. Un mundo mejor por desgracia sólo se consigue con sudor y lágrimas. Los verdaderos héroes de nuestra sociedad son gente como ellos.
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