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...HAITI YA TIENE UN PRIMER MINISTRO...LA NOMINACION DE LAURENT LAMOTHE COMO PRIMER MINISTRO HA SIDO 3 VOTOS EN CONTRA Y 2 ABSTENCIONES...LAURENT LAMOTHE DEBREA CONSTITUIR SU GOBIERNO Y PRESENTAR SU POLITICA GENERAL DELANTE DEL PARLAMENTO PROXIMAMENTE...

LIVING WITH ONE DOLLAR A DAY

domingo, 9 de diciembre de 2007

Bebiendo cerveza, bailando merengues y haciendo el amor, pero no necesariamente en ese orden.

Había una isla muy pequeña. Estaba ahí de pie. En el mar.
-Normal. Una isla tiene que estar en el mar…si está en tierra firme sería un montículo. O un forúnculo. O un callo. O …
-¿Me dejas seguir?
-No he dicho nada. Pero estabas hablando de mí…
-El narrador intentó continuar.
La isla estaba de pie. A veces no estaba de pie. A veces se sentaba o daba saltos. En ocasiones desaparecía. Porque era tímida. O porque se le caía el sistema. No estamos seguros de las razones.
Un día de niebla la susodicha isla leía el periódico después de haber bebido un buen café. De repente escuchó un ruido.
-¿Quién osa perturbarme?
-Yo oso…

-Me pregunto qué hace un oso aquí…
-Pero se dio cuenta de que era un barquito. Parecía una nuez. Era una nuez. De repente de la nuez empezaron a salir pequeñas habichuelas. Con barbas. Y cascos. Y espadas.
-Estamos en la india…-decía una habichuela a otra.
-Pues no huele a curry.
-Ni hay vacas sagradas
-¿Y el Dalai Lama…?
-Ese está en el Tíbet, melón…-La isla interrumpió.- Qué habichuelas más incultas. ¡Que esto no es la india!
-Vaya con el gps. No vale para nada.

-Si salimos de europa hace una pila de meses y creíamos que íbamos a caernos por el precipicio de la tierra…
-La tierra no es plana, so memo.
- La isla intentaba culturizarles.
- Uy, qué sacrilegio ha dicho…¿A que me chivo a la inquisición?
-¿A que te doy un bofetón?
-La isla era poeta. Era sensible. Y culta. Y ciclotímica. Como tiene que ser una isla.
-Bueno, no importa.
-Dijo la habichuela jefe
- Hemos venido a descubrirte.
-¿A descubrirme qué?-La isla estaba empezando a enfadarse.
-Te llamarás “La española”.

-¿Y eso qué es?
-Yo qué sé. Se me acaba de ocurrir. Es una marca de aceitunas, creo…Suena bien, ¿no?
-Pues no. Yo me llamo isla. Y se acabó.
-No importa. Tomamos posesión de esto…-Decía el habichuela barbudo jefe. Y le clavó un cepillo de dientes. A la isla le dio risa. La doña isla era muy cosquillosa. Pero cuando le hacían cosquillas se encogía. Se encogió tanto que se hizo pequeñita pequeñita…
- ¿Qué haces so …so…eso? Te estás achicando. Salgamos echando lechugas de aquí…
- Las habichuelas se metieron en su nuez y salieron escopetás.
- ¿Qué significa echar lechugas?
- A toda pastilla.
- Vale. Meto el turbo.
- Mete lo que quieras. Sigamos por los mares estos. A ver cómo se nos da todo.
– Hablaban las habichuelas ya en la nuez. Se dieron cuenta de que sus teléfonos móviles no tenían cobertura. Así que debían estar muy lejos. Pero como no tenían nada mejor que hacer siguieron buscando la India.
-Me da a mí que por aquí no se va a la India. Nos estamos equivocando. Nos estamos metiendo en un berenjenal que p´a qué te cuento. Ya verás cuando llegue Hugo Chávez.
- O la C.I.A…

- Para el caso…
Y así, con aquel diálogo intelectual y profundo, siguieron su camino. Día tras día, intentando arreglar el famoso gps que los llevaría a La India. Siguieron buscando el tropezarse con otras cosas.
La isla volvió a quedarse sola. Pero se dio cuenta de que el cepillo de dientes se había clonado. Antes era uno. Ahora eran muchos. Había diferentes cepillos de dientes. De colores, eléctricos, pequeños, ergonómicos, bipolares, esotéricos, analógicos y parabólicos.
La doña isla siguió en su lectura. Sin dar importancia a aquel fenómeno. Pero los cepillos empezaron a integrarse.
-¿O sea, a robar?
-No. A investigar. Poner anuncios por palabras. Participar en foros de debate sobre el calentamiento global. Hacer fiestas de fraternidad. Descansar y relajarse. Que sólo se vive una vez.
Un día de calor, el ombligo de la isla empezaron a salir plátanos. Eran alineados, verdes, amarillos, rosados, heterosexuales, homosexuales, asexuales…estos últimos eran los más aburridos.
-¿Qué demonios hacen estos cepillos aquí?
-Vamos a preguntar. Pero no hablarán nuestra lengua. Usemos el lenguaje de los signos.
Llegaron hasta la puerta del night club que habían fabricado los cepillos. Con lucecitas rojas, verdes y amarillas.
El cepillo líder salió a recibirles.
En plátano líder se adelantó unos pasos. La tensión se podía cortar de lo espesa que era. Todo estaba en silencio. Una nube oscureció el ambiente. El silencio era total. No corría ni una brisa de aire. Se miraban fijamente. Con inquietud. Con curiosidad.
-Con los ojos.
-Cállate.
El cepillo empezó a hablar.
-Os …da….mos….la …bien….ve….ni ….da. So…mos…bue….na….gen….te.
-El plátano respondió.
-Os….da….mos….la….bien…ve…ni….da.

No….so….tros….so….mos…más….bue….na …gen…te….to….da….ví….a.
-Pues….gua…y…..
-¿De….don….de….son…us…te….des?
-Cre….e…mos….que…es…pa…..ño….les…
-No….so….tros…ha…bla…mos …es…pa….ñol….
-En….ton….ces…qué….ha…ce…mos ….ha….blan….do…in….glés….???
Por fin estuvieron de acuerdo en algo. La barrera idiomática estaba resuelta. Los plátanos hablaban español. O lo aprendieron en un plis plas. Y pudieron dejar de utilizar lo que ellos llamaron inglés. Todos contentos.
Empezaron a mezclarse en el night club. Se veían, charlaban, intercambiaban ideas, direcciones de correo electrónico, juegos en la play station…pero había algo que faltaba.
-Veamos…
-analizaban los plátanos…
-A vuestra fiesta le falta algo muy importante.
-¿Velitas?
-¿Una piñata?
-¿Galletitas?
- ¿Un “ home cinema”?...
- Los cepillos daban ideas…pero el que parecía líder de los plátanos respondió.
- Esto último nos vendrá bien. Pero priorizando, necesitamos cerveza. Y merengue. –Uno de los cepillo argumentó
-Yo sé hacer merengues. Necesito huevos.
- Sí. Te faltan huevos.
–Todos los plátanos reían. Los pobres cepillos se quedaron ahí, pensando…el plátano líder trajo un aparato del que salía un ruido muy simpático. Mucha percusión, letras muy repetitivas, pero contagiaba las ganas de bailar.
- ¿Eso es merengue?
- Pues claro….
- Así empezaron a bailar aquello. Un pasito p´adelante, un pasito p´atrás….
Al merengue le siguió la cerveza. Un liquidito raro…que surtía efecto entre todos. Se desinhibían, se soltaban la melena, se abrían las camisas y todo estaba mucho más diver.
Cuando ya la fiesta estaba en su punto álgido uno de los cepillos, un cepillo chica, le preguntó a otro….
-Mira qué chachi es el plátano ese…
-Refiriéndose al líder.
-Pues ve con él. Dile algo. Háblale de política. Creo que le mola mazo.
-Vale….
-La cepilla…(la chica cepillo) se dirigió dando saltitos a donde estaba el plátano, objetivo de su seducción en esa noche.
-Hola…
-Dijo la cepilla tímida.
-¿Qué pasa?
-Me pregunto si te podría invitar a un helado. Y me hablas de los entresijos de las elucubraciones epicúreas de los bolcheviques…-No tomaron helado. Entre otras cosas porque no había. Tomaron cerveza. Y bailaron. Merengue. Bailaron merengue. Bebieron cerveza. Bebieron merengue, bailaron cerveza, hablaron de cerveza, hicieron merengues, hicieron cerveza…y cuando ya estaba todo bebido, hecho y bailado, cansados, extenuados, pegajosos, húmedos…se miraron a los ojos, se tocaron los dedos de los pies, -que era lo más erótico que se podía hacer en este ambiente-, y se besaron las barriguitas. Algo también muy excitante para ellos.
Así, bajo un limonero, hicieron el amor. Frenética y apasionadamente. Tanto que los pelitos de la cepilla se quedaron todos despeluchados. De tanto uso. Se entiende.
-Ya no sirvo. Tendré que jubilarme.
-Claro que no. Tengo un primo peluquero que te arregla eso en un momento, honey…
-comentaba mientras se volvía a poner su piel de plátano.
-Y …¿cómo te llamas?
-Preguntó la cepilla mientras cerraba su liguero.
El plátano respondió mirándola.
-Mi nombre es Scito. Jonas….scito.
-Oh….qué emocionante….
Así con la rapidez de una cosa que puede ser rápida, la noticia se divulgó. Era la comidilla entre las amigas. Lo buen amante que puede ser don Scito.
-No sabes cómo besa…es increíble…
-¿Los dedos de los pies?
-Eso es inmoral…-se decían entre ellas…
-Pero da mucho gustito…
Así….se hizo una lista de espera entre todas las féminas de la zona. Ya fueran plátanas o cepillas…
Pero don Scito trabajaba muchísimo. Organizaba puestas de sol. Abría escuelas. Planificaba el desarrollo de la isla. Abría supermercados y legislaba sobre las costumbres y las actuaciones. Nada quedaba sin controlar. Nada se dejaba para mañana. Todo se discutía, se votaba, se decidía y se hacía.
Don Scito vivía en un blog. Era como una casa muy grande con pirindolitos. Estos se podían mover, cambiar, quitar, triturar, desmenuzar. Se cambiaban cada día. Como las toallas. Como la ropa interior. Como el menú del almuerzo. Como las palabras de amor.
El blog de don Scito era el más bonito y moderno. Lleno de fotos y de música. Las fotos jugaban entre ellas al trivial. Bailaban con la música y cantaban canciones mejicanas.
Pero al caer la noche don Scito volvía al club a integrarse. A divertirse. Bailando merengue, bebiendo cerveza y haciendo el amor.
Un día paseaba solo, meditando sobre algún mantra, en un bosque de yogures de chocolate, vio a lo lejos a un anciano. Vestido de forma diferente. Don Scito se sorprendió.
-¿Quién eres?
-¿Y si empezamos diciendo buenos días?
-Pues sí. Es una idea…Buenos días.
-γειά σου
-¿Y Eso?
-Significa buenos días en griego.
-¿Quién eres?
-Me llamo Tiresias. Soy griego. Por eso que te contesté en griego…
-Pensé que era sólo snobismo. ¿Qué haces aquí, griego?
-Como soy adivino, vengo a adivinar. Y estoy ciego.
-¿De ira?
-No.
-¿De amor?
-Anda ya. Que…la diosa Atenea…me castigó por haberla visto mientras se bañaba…y eso que yo no quería verla ni nada. Pasaba por allí. Venía de comprar pan. Y me la encontré. Y menos mal que sólo me dio la ceguera. Pero le dio un siroco de buena gente y dijo que para compensarme me daba también el don de la adivinación.
-Qué cosas.
-Ya te digo…Aunque también existe otra versión. Que fue Hera quien me dejó ciego.
-Qué griegos eran los griegos…
-Bueno…cuentan también que yo vi a dos serpientes teniendo sexo. Las aparté y la diosa Hera me castigó y me convirtió en mujer. Me hizo una de sus sacerdotisas. Estaba yo toda monísima con mis vestidos rosas, mi aspecto de barbie…
-Guay.
-Pues no te creas…tuve que cambiar todo mi ropero. Ser mujer es un rollo…Incluso tuve que casarme y tener una hija. No veas el asunto del parto. Y entonces no teníamos epidural.
-¿Todo por separar a dos serpientes que tenían sexo?
-Sí. Es que las separé de un bastonazo. Pero siete años más tarde encontré a las mismas dos serpientes teniendo relaciones sexuales.
-Caray con las serpientes. ¿No habían parado en siete años?
-No sé. Pero entonces Hera me perdonó por haber dejado las serpientes a su bola y me convirtió en hombre otra vez. Pude volver a ver partidos de fútbol, comer chips, y pensar en el sexo todo el tiempo…Pero me metieron en otro lío.
-Tú sí que tienes una vida interesante…
-No obstante, nada fue fácil…no creas…Hera como sabes, la esposa de Zeus, discutía con su divino marido sobre quién tiene más placer con el sexo.
-¿Y quién tiene más placer?
-El hombre tiene una décima parte del placer que tiene la mujer.
-No me digas…
-Sí. por eso Hera me castigó. Y me dejó ciego. Pero Zeus me dio el poder de la adivinación. Yo hubiera preferido seguir teniendo la capacidad de ver. Pero bueno…
-Qué cosas.
-Sí. En cuanto a ti…ponte las pilas. Te estás apartando del camino correcto.
-Pues me lo paso chachi. Tu estás p´allá.-El anciano entonces se mosqueó.
-¿A que te mando una maldición o algo?
-Cálmate Tiresias. Vamos a dejarnos de cosas y ven conmigo a mi fiesta…
Allí llegaron los dos. El sol estaba poniéndose. Poniéndose crema hidratante. Y la fiesta empezaba.
Tiresias que por griego sólo conocía el sirtaki, escuchó el merengue. Probablemente de Juan Luis Guerra. El mejor merenguista. Y le encantó.
Bebió cerveza. Y le encantó. Hizo el amor. Y le encantó. Así que decidió quedarse en la isla. Al fin y al cabo era muy parecido todo aquello a su grecia natal. Con menos cabras, eso es todo.
Tiresias se convirtió en el primer ministro y don Scito gobernó feliz.
Al atardecer…llueven merengues. Se hacen pedacitos cuando chocan contra el suelo. Y todos bailan. Beben y hacen el amor. Que es posiblemente lo mejor que se puede hacer. Si se elige un buen ambiente.

1 comentario:

MR. RESAKA dijo...

Siento mucho lo que le ha pasado al pueblo Haitiano... Es muy lamentable!