Julio de 2007, Radio Kiskeya
Las autoridades dominicanas procedieron miércoles a la repatriación forzada de aproximadamente 300 nacionales haitianos a raíz del asesinato en la zona fronteriza de un agricultor dominicano atribuido a compatriotas, indicaron la policía a Santo Domingo.
Un despacho de EFE informa de que el cuerpo de Héctor Bienvenido Cabrera, 51 años, se encontró sobre una plantación de su propiedad situada en la Pinta, una localidad de la provincia de Montecristi (Noroeste).
La familia de la víctima acusa al haitiano Charlie Michel de haber matado Cabrera en compañía de otros emigrantes.
Todos habrían regresado a Haití precipitadamente después de haber cometido el crimen, según la versión establecida por la policía.
Ninguna detención ha sido anunciada.
Por su parte, el comandante del décimo batallón del Ejército Nacional Dominicano confinado en la provincia fronteriza de Dajabòn, el coronel Ramòn Belén, destaca que después de este grave incidente se repatriaron a cientos de haitianos.
Mantiene que estas medidas se adoptaron con el fin de prevenir actos de venganza que ciudadanos dominicanos podrían intentar cometer.
El viernes pasado, habitantes de Dajabòn se habían reunido con las autoridades locales y les habían dado un ultimátum de 15 días para expulsar a todos los haitianos que vivían en la región. Ellos mismos amenazaron con encargarse de la operación si no se diera ninguna respuesta favorable a sus pretensiones.
Estas nuevas amenazas se pronunciaron después de que haya acusado a un haitiano de haber asesinado a machetazos a un joven dominicano de 11 años. El asesino presumido habría sacrificado el niño para robarle una suma de 600 pesos de Dominica (18 dólares americanos).
Las tensiones entre haitianos y dominicanos se han acentuado estas últimas semanas en territorio vecino y distintos incidentes incluidos algunos sangrientos se indicaron.
A Puerto-Príncipe, el Grupo de apoyo a los refugiados y repatriados (GARR) denunció la violación de varias estudiantes haitianas por bandidos dominicanos en la ciudad de Santiago (norte) mientras que una decena de personas ha sido herida la semana pasado tras violentas confrontaciones que habían causado un vuelo de motocicleta entre las comunidades fronterizas haitiana de Anse-à-Pitre y dominicana de Pedernales.
Estas situaciones conflictivas coinciden con una nueva visita a Santo Domingo del Presidente René Préval destinado a celebrar, a la invitación de su homólogo de Dominica Leonel Fernàndez, el centenario el famoso escritor y hombre político haitiana Jacques Roumain (1907-1944).
Cientos de millares de haitianos y descendientes de haitianos viven desde décadas en República Dominicana en condiciones de inferioridad social. spp/RK
Articulo original publicado en frances en la pagina digital de la estacion de radio haitiana Radio Kiskeya en: http://www.radiokiskeya.com/spip.php?article3850 traducido al español por Thom GATO.
Version francesa disponible en Haiti Recto Verso en http://haitirectoverso.blogspot.com
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LA ISLA DE LA BARBARIE
¿La isla de la tentación conoces?¿Y de la isla de la barbarie has oído hablar?
Hay un país en el mundo cantaba don Pedro Mir, hoy son varios los países que hay en el mundo. Hay dos que singularmente comparten un territorio: Haití y Republica Dominicana. Uno sumergido bajo el manto de la miseria el otro presenta una imagen sonriente a los demás escondiendo una fractura social estructural notable. Si los dos países se diferencian en muchos aspectos exteriores visibles que hacen del segundo el objetivo a alcanzar para el otro en materia de seudo desarrollo, comparten muchos aspectos propios y comunes a todos los países subdesarrollados donde los dirigentes han tenido visiones divergentes y alejadas de las realidades de los países.
Basta leer la noticia arriba publicada para entender, para aquel que sea capaz de colocarse por encima de las reflexiones falsamente patrióticas, que en esta isla, en ambos lados de la frontera existen problemas educacionales de una envergadura alarmista e inquietante.
En toda sociedad “civilizada” (¡para utilizar un vocablo que se usa para calificar un comportamiento “normalmente” aceptado!), la base y el sostén del funcionamiento residen en el respeto de las leyes y la confianza en las instituciones. La ley entre leyes es el respeto de la vida. Esta Ley es tan natural que instancias e individuos luchan en contra de la pena de muerte aplicado a supuestos asesinos o asesinos declarados.
Esto no significa que de vez en cuando aun en las sociedades más avanzadas no aparece un desviado capaz de acometer cosas horrendas. Sin embargo estos casos se confinan al marco excepcional.
Durante los últimos años la sociedad haitiana ha vivido una inversión de valores impulsada por el comportamiento de los dirigentes y la renuncia colectiva de individuos e instituciones quienes no habían podido imaginar hasta donde podría llegar una sociedad sin riendas, sin pautas sin autoridad. El afán de ganar dinero convirtió a muchos haitianos en indeseables aun en lo que queda de su país. En esta macabra transformación, los haitianos han saboreado el gusto amargo de matar sin consecuencia. El valor de la vida para muchos es cuestión de filosofía.
En un contexto de relaciones cada vez más difíciles, los dominicanos descubren una barbarie superior a la de ellos en estos vecinos ya apuntados como la causa de todos sus males.
Si un haitiano mata a un dominicano, las autoridades no encuentran como solución expulsar a 300 para evitar represalias por parte de los dominicanos. ¡Entiéndase represalias masacre con machetazos y bastones!
? Donde están las leyes? Donde esta la autoridad del estado?
El que mata a uno es tan bárbaro como aquellos que sean capaces de matar a 300en”represalias”.
Un grupo de personas se sienten con derecho de exigir la expulsión de todo un grupo porque uno de este grupo habría cometido un asesinato, también es la expresión de una barbarie primaria.
Hoy en día la situación se complica y se complicara aun más si no se enfrascan en común en una compaña de educación cívica reforzada por la aplicación y el respeto de las leyes. Los haitianos como seres humanos que son deben saber que nadie tiene derecho a matar a otro. La situación “deletère” que perdura en Haití no debe transferirse del otro lado de la frontera donde las autoridades deben ya hacer esfuerzos para luchar con una violencia notable que azota ciertos barios de las grandes ciudades.
Es lamentable terminar reconociendo que en estas situaciones de conflictos, el eslabón débil lo llevara al rastro el ciudadano haitiano.
Bienvenidos amigos turistas a la isla de la barbarie
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