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lunes, 30 de julio de 2007

La fauna invadida por residuos

Maldita, la bahía de Puerto-Príncipe se busca bajo toneladas de aluviones, de residuos orgánicos y químicos. Los pescados, crustáceos… de su fauna se fueron, para el gran perjuicio de los pescadores que extraen al diablo por la cola.
La bahía de Puerto-Príncipe casi no centella ya. Pierde poco a poco su azul y sus reflejos plateados. Sus arrecifes coralinos, sus mangroves, su belleza salvaje, su encanto legendario no son más que recuerdos mencionados con melancolía por Puerto-Principenses nostálgicos.

Como si fuera maldita, se parece, con persistencia, querer “exorcizarlo” vertiendo, de Cité Soleil a Mariani dónde “han empujado” barrios de chabolas, toneladas de residuos orgánicos e incluso químicos. Hasta hoy, la desaparición de su fauna no suscita ninguna emoción en una capital donde se está dispuesto a sacrificarlo todo sobre el altar de la astucia.

Sin embargo, a pesar de la indiferencia de las unas y del incurie de los otros, los que viven directamente del mar están preocupados extremadamente.

A Bizoton, en un pequeño pueblo de pescador de cerca de 2000 almas, se machaca sencillamente el negro. “Es el sálvese quien pueda”, explica Jean Moise, Secretario General de una asociación de pescadores.
Hijos y pequeños hijos de pescadores, imputan sin rodeo la destrucción de la fauna a la contaminación. “Observe en torno ustedes y comprenderán”, dicen este padre de ocho niños señalando del dedo el litoral completamente cubierto de neumáticos gastados, de trapos, de botellas en plástico.
El plástico mata a los pescados, dice él pasando en revista la desaparición de la bahía de Puerto-Príncipe de variedades como la “sarda rosa”, el “pescado plateado”…
“Incluso yo, si tengo deseo de comer una de estas especies, mi mujer debe comprarlo al mercado de pescados de Fontamara.
Lo que me aflige más, es que estos pescados vienen de Jacmel, Marigot, el Gonâve”, diciendo él, asfixiado.

Singlando, señala un dedo acusador sobre la central térmica de Thor y las empresas privadas de la zona que vierten residuos químicos, como la pintura, en el mar mediante canales de evacuación de agua sucia o zanjas.
“A menudo cuando el pico de contaminación se alcanza, el mar se vuelve rojo”, escupe él. Vaina , Vaina
Ante las dificultades probadas por los pescadores para hacer vivir a su familia al utilizar las técnicas artesanales como la línea…, Jean Moïse menciona el congreso de pescadores organizado hacia el final del primer mandato del Presidente René Préval en 2001.
En la época, se hablaba de formación de pescadores haitianos a Cuba y la necesidad de practicar una pesca con barcos a motores, se acuerda con el tono de decepción en la voz.

Se sabe en efecto desde hace algún tiempo que la topografía y la batimetría de las costas haitianas que recortan una meseta muy estrecha de 5.000 kilómetros cuadrados contribuyen a limitar la producción pesquera artesanal tal como se practica por los pescadores de Bizoton.

Lo que, por consiguiente, generó la importación, por Haití, de 16 millones de dólares americanos de pescados al año.
Según un estudio de la FAO los pescadores haitianos estimados en 30.000 sólo alrededor capturan 4 a 5 toneladas métricas de pescados al año mientras que el potencial considerado es de 14.000 toneladas.
La bahía de Puerto-Príncipe, indicador de la degradación del medio ambiente, de la ausencia de política supuesta y coherente de la gestión de los residuos, grita su miseria, su dolor.

Maldita, ella demuestra sobre todo el vínculo, la relación íntima, la interdependencia existiendo entre degradación del medio ambiente y pobreza. Y también la evidencia que no se podría luchar eficazmente contra la pobreza sin la voluntad claramente indicada y apoyada de los responsables de trabajar en la rehabilitación del medio ambiente.

A Bizoton en cualquier caso, la pesca no es milagrosa todavía. Y la maldición de la bahía difícil de conjurar…

Roberson Alphonse

robersonalphonse@yahoo.fr
http://www.lenouvelliste.com/article.php?PubID=1&ArticleID=46664&PubDate=2007-07-28
Traduccion Thom GATO

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