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sábado, 14 de julio de 2007

(Sanear las calles de Puerto-Príncipe)…La difícil apuesta del Ayuntamiento... (Sin el concurso del poder ejecutivo)

A pesar del “revés” sentido en el asunto del “Mercado de la Catedral”, el Ayuntamiento se propone volver a la cargo y solucionar la difícil desafió del saneamiento de la capital.
En la calle Dr. Aubry, los negociantes atrasados se atienden a la construcción de nuevos caballetes mientras que otros ya se reinstalaron. Chorreante de sudor, un martillo a la mano, uno de ellos indica: “el Presidente René Préval oyó los gritos de los negociantes”.
“Sábado, en una reunión, el Presidente dijo que se podía permanecer allí a la espera de que se nos encontrara otro lugar”, se prosigue de un tono irónico respecto al alcalde, apuntado del dedo en el incendio del mercado de la Catedral en la noche del 1 de julio de 2007.
Un alcalde que, menos de cuarenta y ocho horas después de los acontecimientos, había declinado toda responsabilidad en este siniestro.
Un acto, a su modo de ver, que es indigno de un alcalde y con serviría a crear mas inseguridad.

Muscadin Juan-Yves Jason, que había anunciado la apertura de una investigación con el fin de fijar las responsabilidades en este asunto, había comunicado también su determinación de proseguir las operaciones de saneamiento de la capital que cuenta con 100.000 negociantes de calle y 35 barrios.
Desde hace algunos días, se constata en cambio la vuelta sobre la vía pública de negociantes desplazados. “Es el caso al Campo de Mars, a la calle Pavée, en particular,”, explica a un habitante de Puerto-Príncipe que deplora la intervención inoportuna del Presidente René Preval en la gestión del expediente del “Mercado de la Catedral”.
“El Presidente Preval debilitó al alcalde en su acción”, agrega el, mencionando las fricciones que existían en el pasado entre el primer ciudadano de la República y el de la capital.
Lejos dejarse cortar en su difícil y delicada misión, el alcalde se propone proseguir con las operaciones, confía a un funcionario del Ayuntamiento de Puerto-Príncipe en una entrevista concedida a una radio de la capital. “Los pequeños comerciantes pueden volver de nuevo en las calles, pero siempre serán desalojados por los agentes del ayuntamiento”, previene el reclamando al mismo tiempo la colaboración del Ejecutivo.
Mientras tanto, Puerto-Príncipe, vieja de 258 años, se busca bajo los montones de basuras, consecuencia de la mala gestión gubernamental, del descuido y la indiferencia matizando estos 20 últimos años…
Y la apuesta parece ser cada vez más difícil.

Roberson Alphonse
robersonalphonse@yahoo.fr

Articulo original publicado en francés en la pagina digital del periodico Le Nouvelliste en http://www.lenouvelliste.com/article.php?PubID=1&ArticleID=46118&PubDate=2007-07-12 traducido por Thom GATO
Version francesa disponible en Haiti Recto Verso en
http://haitirectoverso.blogspot.com
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Comentarios:
¡Es bueno hablary aun mejor callarse!
Una manifestación del populismo útil en lo personal y fatal en lo colectivo se matiza en este reporte del periódico. René Preval se acuerda de los eventos del hotel Montana para devolverle al los comerciantes de las calles y las aceras, las plazas de la capital una muestra de su gratitud y su reconocimiento.
Varias veces yo he tenido la ocasión de felicitar el silencio "conjuntural" del presidente de la republica frente a situaciones en que sus declaraciones no servirían a nada. A veces tiemblo de inquietud diciéndome: “Dios mió si abre la boca va a meter la pata.
Lo he defendido contra aquellos quienes quisieran una declaración presidencial opinando sobre cualquier hecho que incumbe a otros funcionarios de la administración. El caso de los tratos inhumanos que reciben nuestros compatriotas en tierra dominicana, la tragedia de las islas caicos y turcos, las expulsiones de haitianos etc... Forman parte de estos temas que el presidente debe silenciar ya que no se puede ser juez y acusado a la vez.
Ahí hay que reconocer que el presidente debió de haberse callado o por lo menos consultar el ayuntamiento antes de vomitar estas declaraciones.
Hasta ahora, sin dejarse llevar por las orientaciones políticas se le puede atribuir una buena nota a la administración de René Preval. Uno tiene la impresión de que el sabe hacia donde el quiere ir y sus medidas están llenas de sensatez política.
Sin embargo, hoy las grandes decisiones implican grandes sacrificios. Para salvar lo que queda del árbol que se esta pudriendo debe aceptar que se le imputen algunos ramos.
Durante muchos años nada se había hecho en Haití para detener el deterioro de las costumbres, de las instituciones, de la sociedad. Hoy, en el momento en que la totalidad de los haitianos están concientes de que la situación no puede perdurar de esta forma cada decisión revestirá uniforme de catástrofe por aquellos que han sacado provecho de la indiferencia de las autoridades. ¡Lo anormal no se normaliza al uso!
Queremos espera que actualmente el presidente jefe del poder ejecutivo esta trabajando con las autoridades edilicias para solucionar el problema de la ocupación ilegal de las calles, las aceras y las plazas de las ciudades del país por vendedor de todo y de cualquier cosa.
Haití pertenece a todos los haitianos no solamente a los vendedores y a aquellos que son capaces de investir la piscina de los hoteles…

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