José Luis Paniagua EFE - 2/4/2010
Puerto Príncipe.- El jefe de la misión de la ONU en Haití (MINUSTAH), el guatemalteco Edmond Mulet, considera que la comunidad internacional debe cambiar su forma de trabajar en este país y advirtió de que hay que dar una respuesta a dos millones de personas sin casa antes de que lleguen las lluvias.
"Llegó el momento de cambiar la forma de trabajar en Haiti (...) esperemos que esta sacudida también despierte la conciencia de los haitianos para que asuman sus responsabilidades", indicó en una entrevista con Efe Mulet, nombrado al frente del MINUSTAH tras el terremoto del pasado día 12, que se cobró al menos 200.000 vidas.
Mulet reconoció las dificultades en el reparto de ayuda a la población, la falta de coordinación y hasta de información de los organismos internacionales sobre la asistencia humanitaria, el funcionamiento de entes públicos y privados que van "por libre" y la necesidad de dar respuestas ya a problemas que están por venir.
"Aunque hay un mecanismo de coordinación e información central que hemos establecido con el Gobierno a nivel de Naciones Unidas con las agencias y organizaciones no gubernamentales (ONGs) hay una gran cantidad que no se siente vinculada a ese esfuerzo común y lo hace por su lado", explicó.
Afirmó que en algunos casos la ayuda bilateral se canaliza directamente a través de embajadas, así como agencias de cooperación y grupos religiosos que operan independientemente.
"No están pidiendo permisos al Gobierno ni a Naciones Unidas ni informando de qué es lo que traen (...) No se puede controlar lo que no se sabe y no se conoce", agregó, al recordar que Haití ya antes del terremoto era uno de los países con mayor recepción de ayuda a través de ONGs del mundo.
La población acumula frustración tras el terremoto ante los problemas en el reparto de la ayuda, algo que se tradujo el miércoles en una pequeña manifestación contra la responsable del municipio de Petion Ville por supuestamente favorecer a amigos y afiliados del mismo partido con ayuda y venderla a otras personas.
Para Mulet, esa manifestación es un "incidente aislado" y un caso de "manipulación política" y defendió el "trabajo con autoridades y organizaciones locales" para poder hacer "una distribución efectiva".
Destacó el aumento de los esfuerzos para hacer llegar la ayuda a la población, como la puesta en marcha, el domingo pasado, de un programa para repartir 10.000 toneladas de arroz, como primera fase de un programa de distribución de alimentos.
Además, indicó que van a traer más vehículos a Haití para facilitar el reparto -entre ellos cien camionetas conseguidas por el ex presidente estadounidense Bill Clinton- con las que distribuir asistencia con medios "más apropiados para el país", en lugar de los grandes camiones que usan actualmente.
"El tema que más nos preocupa ahora también es cómo proteger a estas personas porque ya viene la estación de lluvias, los huracanes", indicó Mulet, al alertar de la fragilidad de los "campamentos improvisados por todas partes".
"Hacen falta 200.000 tiendas de campaña (...) tenemos que alojar a dos millones de personas que son los que están sin techo en Puerto Príncipe", agregó, al advertir de la cercanía de la temporada de huracanes en el Atlántico Norte, que comienza el 30 de mayo.
El funcionario de la ONU destacó que "la prioridad número uno de MINUSTAH es contribuir con la ayuda humanitaria sin dejar de lado la inseguridad", un problema que se ha visto incrementado por la fuga de 7.000 reclusos de la Prisión Central de Puerto Príncipe.
"Habíamos garantizado un nivel de estabilidad en Haití, pero con los criminales más grandes, los bandidos, los grupos gangsteriles que se escaparon de la Prisión Central eso vuelve a ser un problema", dijo, al señalar que están registrando casos de secuestros de camiones de combustible por los que piden rescate.
No obstante, indicó que los efectivos de la ONU han detenido ya a más de un centenar de presos fugados, gracias en buena parte a la colaboración de la población, "que no acepta el regreso de estos bandidos".
"Los estamos persiguiendo, no vamos a esperar a que se organicen para nosotros reaccionar después", dijo.
El máximo encargado del MINUSTAH apuntó además al problema del "éxodo" de más de medio millón de personas que han salido de la capital, un número que sigue en aumento porque "todos los días salen miles y miles de personas" hacia localidades cercanas a la capital y eso implica "también problemas de inseguridad".
Para Mulet, las dimensiones de la tragedia implican un compromiso que no acaba en la etapa inmediatamente posterior al terremoto.
"Esto es basto, esto es inmenso, esto es profundo, esto tiene unas dimensiones inconcebibles y yo espero que el compromiso de la comunidad internacional sea solido permanente y a largo plazo", dijo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario