"Es mi respuesta antes de que se me haga la pregunta", dijo Sarkozy en referencia a la anulación de la deuda y a la petición internacional para que se restituya a Haití el dinero que durante años tuvo que pagar para que Francia reconociera su independencia, proclamada en 1804.
Francia suministrará a Haití alojamiento para 200.000 personas en carpas y tiendas, reconstruirá el hospital de la Universidad de Estado de Haití, el principal del país, hará llegar 260 vehículos de policía, bomberos y ambulancias y enviará al país caribeño a jóvenes que trabajarán en labores de escolarización infantil.
El mandatario también anunció que su país ayudará en la reubicación de una parte de las instalaciones de los servicios públicos y prometió "decenas de toneladas" de abonos y semillas para el campo.
Además, si las autoridades haitianas están de acuerdo, Francia acogerá a niños y jóvenes que quedaron huérfanos después de la tragedia.
También brindará a Haití todos los recursos que posee Francia en sus territorios de ultramar en el ámbito de la ingeniería.
Sarkozy invitó a Haití a crear las bases de un "consenso nacional" para poner en marcha un "proyecto nacional" y se mostró partidario de que no se reconstruya como se ha hecho hasta ahora, así como de compartir las riquezas, que deben "beneficiar a todo el mundo".
A su juicio, es conveniente cuidar las rivalidades en el país, ya que ello evitará también que se produzcan en el ámbito de la comunidad internacional en materia de ayuda.
Francia, aseguró, no ejercerá rivalidad alguna en lo que afecta a la ayuda a Haití.
"Los Estados Unidos han hecho un buen trabajo", dijo, al tiempo que subrayó la labor de los canadienses, los brasileños y las agencias de la ONU y aseguró que "Francia tendrá su lugar junto a sus amigos".
En referencia a los 14.000 millones de dólares que, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) costará la reconstrucción, dijo que "no hay que condenar a Haití a la asistencia", ya que ello, en su opinión, puede debilitar a la iniciativa privada.
"La mejor ayuda es la que permite realizar inversiones", apostilló Sarkozy, quien viajó a Haití acompañado por el ministro de Asuntos Exteriores, Bernard Kouchner, el de Cooperación, Alain Joyandet y la titular de Ultramar, Marie Luce Penchard.
El presidente haitiano expresó su reconocimiento a Francia.
"Usted vino, escuchó y vio" la situación, dijo el mandatario, quien mostró su admiración por el trabajo de los socorristas franceses y coincidió con Sarkozy en que "no es el momento de reconstruir, sino de construir", al tiempo que abogó por un plan de "refundación".
Préval, quien reiteró la dificultad de celebrar elecciones por falta de "condiciones materiales y humanas", explicó que es necesario construir el Estado, organizar sus instituciones, los poderes locales y "edificar un nuevo país para el bienestar de los haitianos", lo que incluye una "nueva ciudadanía".
Para Sarkozy también es muy importante lograr avances en el desarrollo democrático del país caribeño, cuya historia, dijo, está marcada por numerosas constituciones, varios jefes de Estado asesinados y una "abominable dictadura".
Sin embargo, en este momento es difícil pensar en la celebración de las elecciones legislativas previstas para este mes, algo que, no obstante, corresponde decidir a los haitianos, afirmó.
El presidente, quien sobrevoló en helicóptero la devastada ciudad, expresó el impacto que le ha causado la catástrofe. "La realidad es peor aún de lo que yo imaginaba", confesó.
La visita de Sarkozy, de algo más de tres horas, incluyó también un acto en la embajada de Francia, donde el mandatario abogó por una reconstrucción que beneficie a todo el pueblo, "no solamente a una pequeña parte de la población que ya acumula las riquezas, no solamente a la república de Puerto Príncipe contra el país del interior", dijo. EFE
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