El exconsul haitiano en el país Edwin Paraison planteo la necesidad de que su país se aboque urgentemente a discutir el retorno de los expresidentes Jean Bertrand Arístides, Jean Claude Duvalier y Raúl Cedrás entre otros políticos y exmilitares que se encuentran en el exilio.Paraison demandó también al presidente René Preval que se aboque a conformar cuanto antes un nuevo gabinete, sobre todo a un primer ministro que sustituya al recientemente destituido Jaque Eduord Alexis, y así evitar nuevos brotes de violencia que lleven más lutos y dolor a esa vecina nación.
Urgió a Preval que reactive el espacio del Dialogo Nacional Haitiano que integran todos los sectores de la vida nacional entre ellos las iglesias Católica, Evangélica y Anglicana además de organizaciones de la sociedad civil.
Entrevistado por Héctor Herrera Cabral en el programa D´AGENDA que cada domingo se transmite por Telesistema Canal 11, Paraison dijo no entender porqué el mandatario Haitiano tan pronto llegó al poder marginó el espacio de discusión y consenso que constituía el Dialogo Nacional.
Expresó que ese es el mecanismo ideal para discutir las crisis cíclicas que se producen en Haití que además de la violencia que genera en ocasiones les ha costado el cargo a presidentes y primeros ministros.
“Ahí discutiremos asuntos que en Haití son temas de debates como el retorno del presidente Arístides, Duvalier, Cedras, y además la conformación de un nuevo Ejercito y posiblemente una Fuerzas Armadas”, insistió el exconsul haitiano en el país.
Explicó que no se puede desconocer que Arístides es el líder del partido más importante que hay en Haití como lo es la Familia Lavalás.
Sostuvo que todos los sectores haitianos deben discutir en un dialogo franco, sincero y transparente la permanencia de la MINUSTHA, debido a que hay instancia que consideran que en los actuales momentos Haití no tiene soberanía.
Aclaró que la recién ola de violencia que sacudió al vecino país no sólo se debió al alza de precios de los productos de la canasta familiar sino a otros reclamos que habían venido haciendo sectores de la vida haitiana.
Advirtió que Preval no puede incurrir en el error que cometió en su primera gestión cuando permaneció dirigiendo el país por más de dos años sin un primer ministro.
Consideró que la situación actual del mandatario es más difícil ya que en las pasadas protestas, los manifestantes no sólo llevaron sus reclamos al Palacio Nacional sino a la residencia del presidente lo que implica que su liderazgo está siendo cuestionado
http://www.elnuevodiario.com.do/app/article.aspx?id=99577&action=add_comment&commentMode=true#comms
Nuestros comentarios:
Que pena que un ex sacerdote este abogando por el regreso de estos tipos que son representantes de lo peor que le haya pasado a Haití. Que pueden traer a Haití la presencia de Cedras, Aristide y Duvalier? Enfrentamientos entre antiguos militares golpistas zenglendos, chimères y makoutes? Que lindo seria el panorama? Y de la afluencia de las inversiones extranjeras?
Que lastima que no haya surgido hasta ahora una generación de políticos o hombres capaces de llevar ideas y comportamientos modernos en los planteamientos de las diferentes facetas de la problemática global de esta nación.
El señor ex cónsul le sigue la estela del pensamiento de algunos políticos que reclaman un gobierno de concertación, una conferencia nacional con todos los ciudadanos exiliados. Estos no son unos santos. Generalmente llevan sangre en las manos y el dinero del pueblo en las cuentas bancarias.
El tendrá razones de sobra para deberle un agradecimiento incondicional y eterno à Aristide. La llamada a Cedras y Duvalier sirven de adornos cuando él sabe que definitivamente lo que el predica el regreso del antiguo sacerdote de Saint Jean Bosco.
Es una tendencia de moda de parte de los políticos tradicionales del país seguir pidiendo una conferencia nacional, una concertación. Sin embargo hay que considerar que hoy en día el nivel de conciencia política de la población no le da cabida a una aceptación de los preceptos democráticos.
Después de 1986, fecha que debió marcar un cambio en la mentalidad haitiana se observa una continuidad en las prácticas caracterizadas por la creación de grupos con nombres diferentes pero siempre con la misma finalidad.
Los militares golpistas de Raul Cedras crearon los FRAPPISTAS, los partidarios de Aristide se organizaron en CHIMERES, dos grupos con pocas diferencias con los temibles TONTON MAKOUT de los Duvalier.
Últimamente, las elecciones presidenciales que pusieron Preval al poder fueron el teatro de este comportamiento con lo que se ha conocido como el MONATANAZO, identificado en la ocupación del hotel Montana albergando el centro de cómputos. Esta invasión tuvo que ver con la solución de oficina en detrimento de una forma democrática que preveía una segunda vuelta.
Son de la misma manera reflexiones utópicas, las que llevan a hablar de soberanía para exigir HOY en las condiciones actuales lo desocupación del territorio por las fuerzas de la ONU.
Con qué se iba a proteger el palacio nacional de los manifestantes que recorrieron las calles de la capital en busca del presidente de la republica?
Muy a menudo lo que se esconde detrás de estas llamadas es ganarse el favor de los que generalmente votan en las elecciones.
Edwin Paraison debería esforzarse en obrar para impulsar sangre nueva en la vida política nacional y dejar de lado este tradicionalismo que se ha caracterizado por un fracaso rotundo y sobretodo la agravación de la situación de supervivencia de los haitianos.Los eventos de los últimos días en particular “los motines del hambre” exigen una nueva conceptualización de estos conceptos arcaicos que se usan como clichés en la configuración del lenguaje y del quehacer político.
Que lastima que no haya surgido hasta ahora una generación de políticos o hombres capaces de llevar ideas y comportamientos modernos en los planteamientos de las diferentes facetas de la problemática global de esta nación.
El señor ex cónsul le sigue la estela del pensamiento de algunos políticos que reclaman un gobierno de concertación, una conferencia nacional con todos los ciudadanos exiliados. Estos no son unos santos. Generalmente llevan sangre en las manos y el dinero del pueblo en las cuentas bancarias.
El tendrá razones de sobra para deberle un agradecimiento incondicional y eterno à Aristide. La llamada a Cedras y Duvalier sirven de adornos cuando él sabe que definitivamente lo que el predica el regreso del antiguo sacerdote de Saint Jean Bosco.
Es una tendencia de moda de parte de los políticos tradicionales del país seguir pidiendo una conferencia nacional, una concertación. Sin embargo hay que considerar que hoy en día el nivel de conciencia política de la población no le da cabida a una aceptación de los preceptos democráticos.
Después de 1986, fecha que debió marcar un cambio en la mentalidad haitiana se observa una continuidad en las prácticas caracterizadas por la creación de grupos con nombres diferentes pero siempre con la misma finalidad.
Los militares golpistas de Raul Cedras crearon los FRAPPISTAS, los partidarios de Aristide se organizaron en CHIMERES, dos grupos con pocas diferencias con los temibles TONTON MAKOUT de los Duvalier.
Últimamente, las elecciones presidenciales que pusieron Preval al poder fueron el teatro de este comportamiento con lo que se ha conocido como el MONATANAZO, identificado en la ocupación del hotel Montana albergando el centro de cómputos. Esta invasión tuvo que ver con la solución de oficina en detrimento de una forma democrática que preveía una segunda vuelta.
Son de la misma manera reflexiones utópicas, las que llevan a hablar de soberanía para exigir HOY en las condiciones actuales lo desocupación del territorio por las fuerzas de la ONU.
Con qué se iba a proteger el palacio nacional de los manifestantes que recorrieron las calles de la capital en busca del presidente de la republica?
Muy a menudo lo que se esconde detrás de estas llamadas es ganarse el favor de los que generalmente votan en las elecciones.
Edwin Paraison debería esforzarse en obrar para impulsar sangre nueva en la vida política nacional y dejar de lado este tradicionalismo que se ha caracterizado por un fracaso rotundo y sobretodo la agravación de la situación de supervivencia de los haitianos.Los eventos de los últimos días en particular “los motines del hambre” exigen una nueva conceptualización de estos conceptos arcaicos que se usan como clichés en la configuración del lenguaje y del quehacer político.
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