SEMBLANZA Fuente: Silvia Ayuso (dpa)
08/12/2010 Puerto Príncipe, (dpa) - Con su casi asegurado pase a la segunda vuelta, la candidata conservadora a la presidencia de Haití, Mirlande Manigat, acaricia ya el sueño de convertirse en la primera presidenta electa del empobrecido país caribeño, tras una agitada campaña y primera vuelta plagada de incidentes, acusaciones de fraude y notables irregularidades.
Pero nada de esto debería serle ajeno a esta mujer de 70 años, ex primera dama de Haití y diplomada por el renombrado Instituto de Ciencias Políticas de París, con doctorado de la Universidad de la Sorbona por añadido.
Como esposa del ex presidente Leslie François Manigat, derrocado por un golpe de Estado en 1988, apenas unos meses después de asumir la presidencia, la representante de la conservadora Agrupación de Demócratas Nacionales Progresistas (RDNP), una formación cristianodemócrata de la que es cofundadora, tiene larga experiencia en los complicados manejos del poder en Haití.
Así lo demostró durante toda la campaña electoral que culminó el 28 de noviembre con la celebración de la primera vuelta de los comicios.
Primero tuvo que negar fehacientemente haber realizado un "pacto" con el partido del todavía presidente René Préval, Inité, que si bien lanzó a su propio candidato, Jude Célestin, muchos en el complicado mundo político de Haití aseguran que trató de formar alianzas secretas con otros contendientes con posibilidades de victoria.
El mismo día de las elecciones, se unió a otros 11 candidatos en la oposición para denunciar un "fraude masivo" en la jornada electoral y reclamar la "anulación" de los comicios.
Sin embargo, apenas 24 horas más tarde, cuando empezó a recibir informaciones de que pese a las numerosas irregularidades parecía estar a la cabeza de las preferencias de voto, aplicó el "donde dije digo digo Diego" y se desdijo de sus afirmaciones, asegurando que seguía en la carrera. Dos días después hasta se mostró segura de su victoria. "Voy a ser presidenta", declaró públicamente.
Manigat, quien pese a la popularidad de otros candidatos se ha mantenido constantemente a la cabeza de las encuestas (sondeos por otra parte que muchos discuten), se ha presentado con un programa que basa en tres ejes: conformar un equipo de gobierno "competente y honesto", la elaboración de un plan de desarrollo "lúcido" y "por etapas" y un "cambio radical de actitud" de lo que define como gobernantes "incapaces y corruptos".
Con todo, admite que la reconstrucción del país tras el devastador terremoto de enero será algo que costará "dinero y tiempo".
"Por desgracia no veo el despegue del país antes de diez o 15 años", dijo en entrevista con la agencia dpa.
"El terremoto fue revelador de los problemas permanentes y, claro, los agravó", agregó y reconoció que además, de convertirse en presidenta tendrá que reorientar sus prioridades para poner a la cabeza la epidemia de cólera, el último latigazo que sufre el país más pobre del hemisferio occidental.
Senadora hasta que dimitió en protesta por lo que calificó de "irregularidades" en las elecciones presidenciales de 2006, donde Preval derrotó a su esposo, actualmente es vicerrectora de la Universidad de Quisqueya de Puerto Príncipe, un ámbito, el académico, en el que tiene una larga experiencia, incluidos ocho años en la Universidad Simón Bolívar de Caracas.
De hecho, su estancia en Venezuela (1978-86) le permitió finalmente aprender el español que ya tarareaba desde joven con los temas "aprendidos de memoria sin conocer su sentido" de algunos de sus artistas favoritos, entre los que destaca a la cubana Celia Cruz y la Sonora Matancera con sus "canciones inmortales", según cuenta en su presentación electoral.
Católica confesa y abuela de tres niñas, entre su música favorita también están "clásicos religiosos" y dice sentir "simpatía" por la obra de autores haitianos como Michel "Sweet Micky" Martelly, quien parece haber quedado fuera hoy de la contienda electoral.
Asegura ser muy madrugadora -se levanta cada día a las 4 de la mañana- y dice sacar tiempo para disfrutar, en sus ratos libres, de las novelas policiacas, con "debilidad" por las de Agatha Christie, así como de la televisión, de la que se confiesa "fanática".
De ganar la presidencia logrará un hito: aunque en la agitada historia política de Haití ya existe el precedente de una mujer presidente, Ertha Pascal-Trouillot (1990-91), Manigat sería la primera mandataria electa, ya que su antecesora asumió el poder de forma provisional tras uno de los numerosos golpes militares del país.
Llegaría al poder al frente de un partido que ella describe como "capitalista con un rostro humano". Sus críticos dicen temer sin embargo que Manigat pretenda "proyectos autoritarios para ampliar los poderes presidenciales".
http://www.elpais.cr/articulos.php?id=37721
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