13 de diciembre de 2010 • 13:05 Una bodega de Puerto Príncipe llena de lonas, madera, techos de lámina corrugada, clavos y otros materiales, su propietario Patrick Brun dice haber tenido esperanzas de obtener contratos de los miles de millones de dólares en ayuda internacional prometida a Haití.
Su compañía, Chabuma SA, fundada hace 40 años, vende bloques de cemento, puertas, sacos de arena y otros materiales a empresas internacionales.
Pero Brun desea tener un papel más significativo en la recuperación de su país, y por ello continúa pujando —aunque sin éxito— para ganarse alguno de los contratos del gobierno de Estados Unidos.
"Usted se puede imaginar que, si no podemos ganarnos los contratos por nosotros mismos, nos volvemos totalmente dependientes de las empresas extranjeras y de las organizaciones sin fines de lucro, y eso no nos trae mucha esperanza", dijo Brun.
"Puede que no tengamos la amplia capacidad de una compañía de Estados Unidos, pero somos respetables. Llevamos bien los libros y registros (contables), tenemos proveedores extranjeros, contamos con buen crédito, pagamos nuestros impuestos y nuestros derechos de aduanas", agregó.
De cada 100 dólares que ha gastado el gobierno estadounidense en contratos para la reconstrucción de Haití, las empresas del país caribeño sólo han logrado ganarse 1,60 dólares, según halló The Associated Press en una revisión de los contratos desde el terremoto del 12 de enero.
Además, los contratistas estadounidenses más importantes al principio de la reconstrucción contrataron menos haitianos de lo previsto.
Hay muchas razones para esta disparidad. Una es que USAID —agencia estadounidense de ayuda humanitaria a países extranjeros— está más familiarizada con algunos contratistas de Estados Unidos y concedió algunos contratos de manera urgente sin someterlos a licitación. Además, hay temores de que ocurra una malversación de fondos debido a la abundante corrupción en Haití.
Por el lado haitiano se tiene una comprensión limitada en torno a las prácticas del gobierno estadounidense.
Pero el uso de la ayuda extranjera para darle contratos a las empresas locales es uno de los aspectos más importantes de la reconstrucción, afirmó Clare Lockhart, directora general del Instituto para la Eficacia del Estado.
"Uno no puede proporcionar solamente puestos de trabajo manual. Es necesario contratar a empresas, de forma que los administradores de nivel medio y los propietarios de las compañías tengan una participación activa en el sistema legal y en el estado de derecho, y en última instancia, una participación en el éxito de su sistema político y de su economía", agregó Lockhart.
De los 1.583 contratos que Estados Unidos ha concedido hasta ahora en Haití, por un total de 267 millones de dólares, sólo 20 de ellos —con un valor de 4,3 millones dólares— fueron para empresas propiedad de haitianos.
Además, una auditoría efectuada recientemente por el inspector general de USAID encontró que más del 70% de los fondos concedidos a los dos principales contratistas de Estados Unidos para un proyecto de pago en efectivo a cambio de trabajo en Haití fueron gastados en equipos y materiales.
Como resultado, sólo 8.000 haitianos estaban siendo contratados al día para junio, en lugar de los 25.000 trabajadores diarios que se tenían pensados, de acuerdo con el inspector general.
Las empresas contratistas, Development Alternatives Inc., de Bethesda, Maryland, y Chemonics Internacional de Washington D.C., las cuales recibieron más de 31 millones de dólares cada una en contratos sin licitación, respondieron a la AP en un correo electrónico que, junto con otras empresas, habían dado empleo a 25.000 haitianos al día.
Ahora, 10 meses después del terremoto, "las prioridades han evolucionado más allá de un enfoque sobre el empleo temporal", indicaron los contratistas, al hablar sobre un programa que ha pagado a los trabajadores haitianos 18 millones de dólares en salarios.
USAID afirmó que está comprometida a incrementar el número de contratos que se conceden a los haitianos.
"Ya estamos colaborando con las comunidades haitianas para que tomen conciencia de cómo pueden colaborar con nosotros", dijo Janice Laurente, una vocera de USAID.
Los economistas dicen que el conceder contratos a las empresas locales genera empleos, lo cual ayuda a construir el sector privado. Además, la mayoría de los donantes prefieren ver prosperar a las compañías locales que a las firmas extranjeras que obtienen ganancias a partir de los desastres.
El economista Eric Werker, de la Facultad de Comercio de la Universidad de Harvard, que investiga la ayuda exterior, dice que los efectos secundarios de estos programas van más allá de la propia ayuda.
"Algunos son obvios, como los salarios y las ganancias que se quedan en la economía local, pero también hay formas de aumentar la capacidad de las empresas locales, dándoles contratos cada vez más importantes", señaló Werker.
Sin embargo, todavía hay muchos obstáculos por superar para que se puedan firmar contratos con empresas haitianas.
El primero es un proceso sin licitación: 25% de los contratos fueron concedidos directamente a empresas de Estados Unidos sin darle siquiera a los haitianos la oportunidad de pujar por ellos, a veces porque las necesidades eran tan urgentes que no había tiempo de pasar por un proceso formal de licitación.
Además, algunas solicitudes del gobierno estadounidense para buscar a subcontratistas y expertos locales de Haití sólo fueron publicadas en inglés, lo que limita el acceso de muchos haitianos que solamente hablan creole.
Asimismo, en momentos de catástrofes puede ser más fácil usar a un contratista ya conocido y con sólida trayectoria, que darle el trabajo a uno local desconocido previamente. Además, la economía haitiana quedó tan despedazada tras el terremoto que al principio incluso fue difícil obtener madera o lonas para refugios sin tener que importarlas.
Ahora, a pesar de que hay empresas de Haití que proporcionan muchos productos y servicios, continúa el patrón de seguir encargándole el trabajo a las compañías extranjeras.
Y por último, resulta más complicado contratar directamente a empresas en países como Haití, donde abunda la corrupción y donde se han registrado casos de especulación de precios entre algunos aspirantes a ser contratistas.
La promesa sin precedente de 9.000 millones de dólares en ayuda, con Estados Unidos como el principal donante, generó esperanzas en un principio de que habría una reconstrucción e incluso un futuro nuevo y mejor para esta isla, propensa a las tragedias. Sin embargo, menos del 10% de esos fondos han superado la etapa de "promesa".
Mendoza reportó desde Santa Cruz, California.
http://noticias.terra.com.pe/internacional/contratistas-haitianos-no-se-benefician-de-ayuda-extranjera,a011bc036d0ec210VgnVCM10000098f154d0RCRD.html
Abrimos este espacio en 2007 cuando en Haití se hablaba también español debido a la presencia de los soldados latinos de la MINUSTAH. Una ventanilla de expresión hispánica para verse mejor . Después del 2010, el mundo hispano se ha acercado bastante a Haití. Sirvio para darse cuenta del distanciamiento de sus vecinos de culturas hispanas casi todas. Esta sigue abierta para recibir todos aquellos que quieran entender y ayudar a esta nación patrimonio de la humanidad.
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