13.12.2010 05:55 AM
Ni en Haití tomaron, ni entonces, ni ahora, propiedades privadas o instalaciones públicas para alojar damnificados
Jesús Peñalver
Desde Puerto La Cruz.- El pueblo haitiano sufrió los embates de un movimiento telúrico de 7.0 grados que estremeció toda la isla, y la convirtió en un cementerio con ausencia de cruces, un paisaje triste y desolado. Un sabor amargo de boca, un nudo en la garganta y arrugas en el corazón se sintió al ver esa nueva tragedia que sacudió a esta isla caribeña.
El dolor por ser humano no nos es ajeno, de allí nuestro sentimiento solidario con el sufrido pueblo de Haití que padece – a cada rato- la fuerza de la naturaleza, porque puede ocurrirle a cualquier nación. ¿Estamos acaso preparados para enfrentar una tragedia similar?.
El rescate de algunos de los sobrevivientes de la tragedia de Haití, quienes emergían desde los escombros a través de pequeños espacios, la imagen, en la mayoría de los casos, asemeja al momento del parto natural, entonces la Madre Tierra los traía (o regresaba) a la vida, ayudados por los rescatistas quienes los auxilian para el feliz advenimiento. Un verdadero renacer. Definitivamente, la maternidad es para celebrarla y en ese momento el dolor se olvida y todos celebran el acontecimiento.
Aún así, ni en Haití tomaron, ni entonces, ni ahora, propiedades privadas o instalaciones públicas para alojar damnificados.
Es larga la lista de países que sufrieron calamidades y a ningún jefe de estado se le ocurrió “la brillante idea” de alojar damnificados en hoteles ni sugirió invadir apartamentos porque sus dueños sean ricos, obviando a la clase media que ha comprado su descansadero con sus esfuerzos. Ni en Haití tomaron hoteles y propiedades privadas para solucionar problemas.
El humanismo socialista –chapucero y falso- del que alardean el comandante y sus secuaces se aprecia cuando se discrimina a los damnificados por regiones, se excluye a mirandinos y tachirenses solamente porque allí sus huestes fueron barridas, aunque tienen el mismo derecho a esos reales que son de todos.
Su soberbia y arrogancia muestran su pobreza espiritual. Debe haberse graduado de administrador en cursos prácticos por correspondencia por su "habilidad" para hallar soluciones tan fáciles, como alojar a los afectados en hoteles e instalaciones públicas, escuelas, museos, cuarteles.
Populismo puro sin soluciones ciertas. Puras promesas. Muela y muela. Siempre necesita escuchar los aplausos, sentirse acompañado, tener sus cómplices cerca. Sentir su respaldo y ver sus sonrisas de estúpidos.
No cabe duda, la cobardía y el miedo lo hacen acompañarse de sus acólitos más cercanos con sus caras de bobos. La mayor tristeza que hoy siento es por los oportunistas que miran hacia la pared para no ver el desastre causado por un ignorante en el poder.
No se asoman a las noticias verdaderas sino a la propaganda engañosa. Siento una pena muy honda por esa gentuza genuflexa incapaz de voltearse a la realidad triste de un país que rueda por el despeñadero con su complicidad.
Por suerte y para bien de la patria, o lo que queda de ella, los conocemos. Sabemos quiénes son y ellos se saben despreciados, pero su insensatez y falta de escrúpulos los hace insensibles al desastre. No son amigos ni de ellos mismos. Cual avestruces, tienen la cabeza metida en un hoyo para no percibir la destrucción del país. Dan el mismo asco y repulsión que causa su jefe, su caudillo.
Ojalá no se incurra en Haití en el error inveterado de dedicarse más a las construcciones de concreto, y pensar menos en la naturaleza, en el porvenir de los haitianos, y en su entorno para hacer más digna y más humana su existencia. En Venezuela, ojalá sepamos qué hacer.
http://eltiempo.com.ve/opinion/columnistas/ni-en-haiti/7200
Abrimos este espacio en 2007 cuando en Haití se hablaba también español debido a la presencia de los soldados latinos de la MINUSTAH. Una ventanilla de expresión hispánica para verse mejor . Después del 2010, el mundo hispano se ha acercado bastante a Haití. Sirvio para darse cuenta del distanciamiento de sus vecinos de culturas hispanas casi todas. Esta sigue abierta para recibir todos aquellos que quieran entender y ayudar a esta nación patrimonio de la humanidad.
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