Santiago, 28 de febrero 2008.- El presidente del Consejo Regional de Desarrollo de la Región Nordeste de la República Dominicana, denunció que generación moral y crisis de valores avasallan a República Dominicana. Ysócrates Andrés Peña Reyes, indica que para enfrentar estos flagelos, se torna impostergable hacer primar en el ámbito de los estamentos del Estado la vocación de bien y real amor por la Patria por el que luchó Juan Pablo Duarte y los demás Trinitarios.
Tildó de muy lamentable que mientras Juan Pablo Duarte y Diez, propulsor de la Independencia de República Dominicana de los haitianos, nunca dejó de recordar a Dios en primer término como lo consignó en el juramento trinitario. Fue así, sostuvo Reyes Peña, que Duarte puso como el lema de la República "Dios, Patria y Libertad".
No obstante, el presidente del RCD, que tiene su sede en la ciudad de San Francisco de Macorís, provincia Duarte, pero que su radio de acción diseminado en la Región Nordeste, recuerda que a pesar de los esfuerzos y sacrificio del patrio, hoy sin embargo, la actuar generación ha sido de la conducta, donde ha primado en la alta dirigencia de los partidos y la mayoría de gobernantes, lo que ha contribuido a conducirnos por un camino penoso e infecundo.
Y dice que para lograr combatir eficazmente esos males, es necesario propulsar una profunda y eficaz renovación de los liderazgos y de las entidades políticas, teniendo por soporte la integridad moral indoblegable y el nacionalismo vertical que engendró los principios e ideales de Duarte.
Expuso que sólo proponiéndonos un cambio de mentalidad en nuestros partidos y de la formación de nuevos líderes sustentados en los tan puros y nobles ideales por los que luchó el patricio, lograremos la real libertad, soberanía e independencia que requerimos para alcanzar un auténtico progreso y desarrollo humano.
Afirma que para llevar la Nación por mejores senderos, cabe en esta etapa de la vida Republicana, reflexionar en torno al vehemente llamado que hizo Juan Pablo Duarte para que trabajemos por y para la Patria, por implicar trabajar ciertamente por un futuro luminoso para nuestras familias y para cada uno en particular.
Dijo que la dilapidación del erario público, la falta de visión y la negativa al cambio que ha primado en los grupos y clases gobernantes desde el Estado independiente que surgió en 1844, ha sido la cosecha que ha tenido de la mala semilla sembrada por la falta de práctica de los principios Duartianos.
Autor: MARCELO PERALTA
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