Escrito por Lioman Lima Padrón 13 de septiembre de 2011, 14:14Puerto Príncipe, 13 ago (PL) El presidente haitiano, Michel Martelly, cumplirá mañana cuatro meses en el Poder, todavía sin formar Gabinete y atado de manos para tomar inaplazables medidas para la recuperación del país.
Los haitianos, que cifraron sus esperanzas en Martelly, un popular cantante sin experiencia política, observan el empeoramiento de las condiciones socioeconómicas de la nación, agravadas por las divergencias del Poder Ejecutivo con el Legislativo.
Esas contradicciones entre el mandatario y el Parlamento, dominado por el partido opositor Inité, impiden al dignatario nombrar a sus ministros y aprobar las medidas necesarias para la reconstrucción de la nación, devastada por un terremoto en enero de 2010.
Para la agencia local Alterpress, Martelly no demuestra una voluntad real para formar Gobierno, mientras el diario Haití Libre señala que el Congreso se empecina en bloquear toda iniciativa del mandatario.
Al mismo tiempo, acusan una cierta improvisación en los pasos del gobernante, quien sufrió ya dos fracasos en sus nominaciones para primer ministro y la tercera realizada, la del médico Garry Conille, está en veremos.
Desde la entrada en vigor de la actual Constitución en 1987, es la primera ocasión que un jefe de Estado recién investido no logra mayoría suficiente para asegurar la aceptación de su candidato.
En declaración a Radio Canada, Martelly afirmó que el país vive bajo "una dictadura parlamentaria" y no excluyó gobernar "por decreto", lo que provocó revuelo entre los legisladores.
La Red Haitiana de Derechos Humanos alertó el pasado mes sobre las consecuencias negativas de esa situación de bloqueo político, que no responde a ningún interés de la nación.
Mientras, 20 meses después del terremoto, las calles siguen llenas de basuras y escombros, las casas y los edificios están destruidos, las fosas, desbordadas y la gente sin esperanza.
Unas 300 mil personas murieron como consecuencia del temblor y dos millones quedaron sin viviendas, de ellos más de 580 mil residen aún en campamentos donde la situación es cada vez más crítica.
Según la Organización Internacional para las Migraciones la cuarta parte de los damnificados fueron presionados para que abandonen las carpas en los últimos seis meses y organismos de ayuda aseguran no dar abasto para conseguir casas para tanta gente.
El cólera ya dejó más de seis mil 200 muertos y la Organización Panamericana de la Salud estima que la cifra puede triplicarse debido a la temporada de lluvia y las condiciones de insalubridad.
Este mes llegará, además, el fin del año fiscal 2010-2011 sin ningún presupuesto para el próximo, que debe ser discutido y votado por las dos cámaras.
mem/lio
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