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...HAITI YA TIENE UN PRIMER MINISTRO...LA NOMINACION DE LAURENT LAMOTHE COMO PRIMER MINISTRO HA SIDO 3 VOTOS EN CONTRA Y 2 ABSTENCIONES...LAURENT LAMOTHE DEBREA CONSTITUIR SU GOBIERNO Y PRESENTAR SU POLITICA GENERAL DELANTE DEL PARLAMENTO PROXIMAMENTE...

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jueves, 28 de agosto de 2008

¿Quien tira la primera piedra?

No se puede caer en la hipocresía del perdedor que nos hace pensar que muchas veces en nuestras vidas nos hace creer que se va a una contienda para no ganar. Es fair play reconocer su derrota diciendo que lo importante no es ganar sino participar.

Tampoco traduce la realidad del hecho bien conocido que nos presenta dos ganadores después de una contienda electoral. No se puede atribuir la victoria a todo el mundo cuando se han enfrentado dos campos. ¡El que pierde no ha ganado!

En la década ochenta, los aficionados del boxeo pudieron vivir momentos inolvidables con los combates oponiendo pugilistas de la trampa de Sugar Ray Leonard, Thommy Hearns, Marvin Hagler, Roberto “Mano de piedra Duran” entre otros.

En una ocasión se presentó una cartelera de prestigio con una de las confrontaciones más famosas del universo de este deporte, de todos los tiempos: Thomas Hearns Versus Sugar Ray Leonnard!

En mi ambiento en un país de América India, lejos de los fastuosos hoteles e instalaciones de Atlantic City, me dejé contagiar con la fiebre del deporte y acudí a una sala de deporte donde aseguraban la retransmisión televisiva del combate en pantalla gigante.

La expectativa era enorme. Se iban a enfrentar dos colosos del deporte de las manos enguantadas y de las narices chatas. Para poner la muchedumbre a esperar se presentó unos combates, generalmente mediocres como antesala del combate estelar.

En esa ocasión, dos boxeadores perfectamente desconocidos pelearon tres rounds en la indiferencia absoluta de la muchedumbre que esperaba el momento M de la noche.

Al final de la pelea, el árbitro se interpuso entre los dos gladiadores esperando el veredicto de los jueces para levantar las manos del vencedor. Uno de los asistentes, aprovechando un momento de silencio de la sala, con una voz alta y articulada lanzó: PERDIERON LOS DOS!

Esta frase desencadenó una ola de risa que alivio un poco la tensión en un estadio de baloncesto lleno hasta los bordes. La verdad es que ninguno de los dos peleadores se merecía la victoria.

Los que siguen el desarrollo de la política de Haití se habrán dado cuenta que las cosas han tomado un nuevo rumbo. Mejor decimos un rumbo nuevo. Pues no parece tratarse de nada nuevo si uno le pone atención a las explicaciones e intervenciones de diferentes actores y analistas de la política domestica. La situación se resume en los términos siguientes: El primer ministro ratificado, el presidente Preval están en negociaciones con los parlamentarios y los partidos políticos que llevaron estos legisladores en el parlamento en torno a la formación del gobierno (es decir establecer la lista de los ministros). Les partidos políticos piden ciertos puestos ministeriales, los senadores exigen algunos puestos, Preval quiere volver a conducir una buena parte de los senadores censurados en abril último. Las negociaciones se estancan. En un callejón sin salida. Sale de repente una lista con los ministros del gobierno que toman posesión de sus funciones. No hubo la sesión de ratificación del gobierno por las dos Cámaras legislativas como lo estipulan la Constitución de 1987.

Ahora se habla de amenaza para la democracia, se dice que Preval ha orquestado todo eso para gobernar sin poder legislativo. En cuanto al Primer ministro ratificado, ella recibe críticas que le quitan mucho de credibilidad. Y la esperanza que se puso en su personalidad empieza a derretirse.

La situación luce confusa e incierta. Por suerte, el paso del huracán Gustav puso un poco de agua en el vino de la situación.

Como arete de magia, los senadores que habían empezado a hacer uso excesivo de su poder y el voto individual de cada miembro de este senado disfuncional haciendo exigencias las unas mas disparatadas que las otras, se convierten en defensores de la democracia.

Pero en este meli-melo muy sui generis es necesario sacar la tasa de culpabilidad de cada uno de los actores… (Sigue próximamente!)

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