Fiel a su estilo tranquilo y analítico, el técnico Carlos de los Cobos conversó con EDH sobre la derrota ante Costa Rica, el papel de Cheyo Quintanilla y el camino por recorrer
Era casi la medianoche cuando Carlos De los Cobos tomaba asiento en un cómodo sillón del lobby del Hotel Barceló, en San José, Costa Rica. Se veía cansado, agobiado, pero también un tanto contrariado por un marcador que a muchos pareció demasiado castigo para la azul.
Claro, sincero y caballeroso se sometió al interrogatorio, incluso, de algunos aficionados que esperaban a los jugadores.
Una hora después, cuando la charla había acabado, el mexicano se paró, cogió hacia el piano que domina la estancia y deleitó, en ese momento, a parte del cuerpo técnico y algunos amigos que se encontraban ahí, con una pieza de su inspiración. Se paró y agradeció los aplausos con una sonrisa, convencido de que, en eso de la música, también tiene futuro.
¿Su análisis del partido?
Fue un partido como se esperaba, difícil por la calidad del rival porque a pesar de que no tuvieron algunas semanas trabajando juntos, es una selección que ha venido trabajando, no paró nunca y, claro, con la llegada del profesor (Rodrigo) Kenton, hubo algunas incorporaciones de gente que había estado antes y de repente con (Hernán) Medford ya no estaba. Sabíamos que Costa Rica iba a ser difícil por el nivel que tiene. Pero también confiábamos en nuestras capacidades y en lo que ha venido haciendo este grupo de jóvenes que ha ido madurando, cada día jugando con más confianza y creo que hoy (el miércoles) se demostró. Se pudo ver a un equipo que en ciertos momentos sí fue dominado por Costa Rica, nos costó adaptarnos un poco a la cancha, una cancha muy difícil, rápida, la pelota bota mucho, pica y se desliza. Ellos, con varios jugadores de Saprissa -la base de esta Selección es Saprissa- están acostumbrados a entrenar todos los días en esa superficie, la conocen muy bien.
¿Le pesó la cancha sintética a la selección salvadoreña?
Al inicio nos costó adaptarnos, fue claro, se notó, se perdía la pelota, no éramos precisos, la pelota se iba. Pero cuando ya se fue el equipo asentando en el terreno, fuimos equilibrando la balanza, si bien en el primer tiempo ellos tuvieron más el balón, pero siempre el equipo defensivamente estuvo muy bien parado, el trabajo que realizó Marvin (González), Manuel (Salazar) y Luis Anaya fue bastante bueno y no nos olvidemos que estaban marcando a jugadores de mucha calidad.
¿Cuánto afectó el penalti que falló Cheyo Quintanilla?
Lógicamente, el que no hayamos logrado el penal golpeó un poquito el estado de ánimo del grupo, sin embargo el equipo, como lo platicamos al medio tiempo, faltaban 45 minutos, le hizo frente al compromiso y siguió pensando en buscar un buen resultado. En el segundo tiempo mejoramos, tuvimos más profundidad, llegada, presencia en el área, una jugada muy clara que también tuvo Cheyo que desafortunadamente no se concretó.
¿Cómo lo deja eso, esas oportunidades fallidas?
Con un sabor no muy bueno porque cuanto menos debíamos haber llevado un punto, por lo que se vio en la cancha. Pero el fútbol es del que aprovecha su oportunidad, el que es más eficaz en el momento preciso es el que al final se lleva la victoria y tuvieron la fortuna de hacer el penal, de concretar y tuvieron también un par de llegadas, pero Miguel (Montes) hizo un buen trabajo, afortunadamente los demás rivales de nuestro grupo empataron y eso nos abre las puertas para seguir pensando en la clasificación.
¿Qué sentimiento hay en el grupo de seleccionados?
Un poco de frustración, porque luchas, te esfuerzas. Trabajaron mucho, corrieron mucho y no se premió el esfuerzo. Pero deben sentirse satisfechos porque mostraron que somos una selección competitiva, ya no somos una selección que se nos domina o se nos gana fácilmente. Claro, hay que dar el paso hacia una selección ganadora, estamos en el proceso. Considero que al final los chicos de Costa Rica querían que terminara el partido, porque para ellos el 1-0 era fenomenal.
¿Cómo vio a Cheyo?
Bien, con buena actitud. Claro, siempre con dos marcas encima no era fácil zafarse, pero estuvo participativo, cuando recibió siempre de espalda intentó girar, conectarse con Rudis y no nos olvidemos que jugué solo con una punta, entonces no tenía a dos referentes sino solamente a uno, que era Rudis.
¿Con quién quedó inconforme?
Con Ramón Sánchez, no estuvo en su nivel, con el nivel que nos tiene acostumbrado, él lo sabe. Incluso él se me acercó apenado hoy (miércoles, pero al final no venía jugando normalmente, no jugó el partido contra Trinidad y Tobago porque estaba lesionado, y la cancha no le ayudó también porque es muy rápida. Él nos tiene acostumbrados a buenos partidos, por eso resalta cuando un jugador como él falla.
¿Ahora, qué se viene?
Prepararnos, porque es fundamental sumar tres puntos en casa, para que después ya no se esté peleando la posibilidad de estar en la clasificación. Es fundamental el triunfo, no va a ser fácil, no olvidemos que esos jugadores (los haitianos) son rápidos, algunos de ellos están jugando en Europa, no será fácil, ya no hay rivales fáciles ni cómodos, Costa Rica lo vivió, ellos pensaron que iban a salir de paseo y se dieron cuenta que enfrente tenían a un equipo difícil.
¿Le sorprendió Costa Rica o era lo que usted esperaba?
No, Costa Rica en los conceptos generales ha sido siempre la misma, los jugadores tienen muy buen trato de balón, delanteros fuertes, veloces, un equipo que no se desespera, que mantiene bien la pelota, y que en este momento las condiciones de la cancha donde juegan le favorecen mucho, pero es una buena selección.
¿Qué le pareció la respuesta de la afición salvadoreña?
Estupenda. Yo estaba muy agradecido porque yo sé que mucha gente hace un sacrificio por venir hasta acá, en todos los sentidos. Me hubiera encantado que la gente hubiera regresado muy contenta con un buen resultado. Eso lo sabían los muchachos, fue un tema del que se habló frecuentemente: el compromiso que se tenía con nuestra gente, la gente que nos acompañó, por todos los medios. Lo importante es que la gente vio la entrega del grupo.
¿Queda un deuda qué saldar?
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