SANTO DOMINGO.- Se entregó anoche a la Policía, en San Cristóbal, el joven Edgar Omar Esquea Mojica, acusado de la muerte de la adolescente Arianna Yamil Castillo Mojica. La información fue dada a LISTÍN DIGITAL por la señora María Luisa Mojica, tía de ambos primos, el presunto victimario y la víctima, tras una visita de esta reportera a su residencia. La señora Mojica pidió que se garantice la vida a su sobrino, aunque, por mucho que sufra, “no va a pagar lo que han sufrido mi sobrina y mis hermanas”.
Esquea Mojica se entregó solo, después de anunciarse que era buscado luego de que fuera encontrado el cadáver de Arianna Yamil, en estado de putrefacción. El sospechoso fue trasladado de inmediato al Palacio de la Policía en esta ciudad. A sus 32 años, ya tiene un historial delictivo y se fugó de la Policía el mismo día en que habría confesado el asesinado de su prima.
La agonía de Carmen Mojica, madre de Arianna Yamil, comenzó el pasado 11 de enero cuando su hija desapareció y hasta ayer, dos días después de que el cadáver fuera encontrado en unos matorrales, con signos de violación, se agregaba otro elemento trágico a su vida: el miedo.
El asesinato de Arianna Yamil, a manos de su primo Edgar Omar, se había convertido en una pesadilla para la numerosa familia que sentía temor ante la fuga del sospechoso.
Como si el dolor que ocasiona el asesinato de una hija fuera poco, Carmen se enfrentaba al temor de ser agredida por su sobrino, Esquea Mojica, quien, estando prófugo, amenazaba con matarla. Por eso, la madre de Arianna, en lugar de estar disponible para recibir las condolencias de familiares y amigos, permanecía escondida.
La hermana de Carmen, María Luisa Mojica, cuenta que está desesperada, como también lo está su otra hermana, María Eugenia, madre del presunto matador y madrina de la víctima.
Con la mirada perdida y un llamado a su sobrino para que se entregara a la Policía, María Luisa describe a Arianna como una joven normal, que a su 15 años cursaba el tercer grado del bachillerato en el Liceo Víctor Estrella Liz.
“Ella me tenía mucha confianza, el día que desapareció se comunicó tres veces por teléfono conmigo y en las tres ocasiones me dijo que estaba bien”.
Ningún otro vínculoMaría Luisa dice que la relación de Arianna y Edgar era de primos, que nunca mostraron ningún otro vínculo, aunque reconoce que él tenía un historial delictivo.
La declarante es la mayor de 12 hermanos y hoy funge de equilibrio entre dos hermanas ahogadas en un drama, en el cual el hijo de una segó el sueño de la hija de la otra.
Está mujer sentada en la sala de la casa materna, en el ensanche La Fe, ofrece los detalles que conoce de la tragedia y protege la tranquilidad de sus hermanas, la primera llevada a un lugar desconocido y la madre de Edgar, quien tomaba un descanso tras permanecer cuatro días arrestada en el Palacio de la Policía.
En este lugar la acompaña su hija, Vanesa de Jesús Mojica, sicóloga escolar, y su sobrino Francisco Mojica, quienes también expresaron temor ante la posibilidad de que Edgar vuelva a la casa en busca de dinero o con actitud de agredirlos.
Vanesa se muestra sorprendida por la tragedia y dice que su primo nunca mostró mala conducta en el seno de la familia, aunque sí fuera de ella, puesto que tenía fichas en la Policía.
En torno a su asesinada prima, Arianna, dice que era religiosa y pertenecía a la Iglesia de Dios Pentecostal. “Era una joven moderna, le gustaba estar bonita pero no era una inmoral.”
Ante este funesto acontecimiento, la hermana mayor de la familia Mojica confía en que el tiempo se encargará de borrar el dolor y limar asperezas. Que la madre de la víctima mortal se recupere, la de Edgar retorne a España, donde reside junto a su marido y otros dos hijos, y que la justicia cobre este crimen al autor.
En torno al novenario, no tenía nada contemplado todavía, por la fuga del acusado, aunque podrían hacer un oficio religioso más adelante.
Fuentes:http://www.listin.com.do/app/article.aspx?id=3999
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