PUERTO PRINCIPE, Haití (AP).- En las calles polvorientas del mayor barrio misérrimo de Haití, jóvenes con ropas sueltas holgazanean frente a tugurios con orificios de balas mientras crece el estruendo de los vehículos blindados que transportan soldados de las Naciones Unidas.
En estos días, en el barrio de Cite Soleil, ese ruidoso traqueteo suele ser anticipo de tiroteos y derramamiento de sangre.
Las Naciones Unidas, frustradas por una ola incesante de secuestros, han lanzado una enérgica nueva ofensiva contra las pandillas más poderosas de Haití, que han florecido en el caos que sucedió al derrocamiento del presidente Jean-Bertrand Aristide en el 2004.
La mayoría de las fuerzas de mantenimiento de paz de la ONU suelen emplazarse sólo después que se acallan las armas, pero la misión de Haití toma la ofensiva casi todos los días.
La clase trabajadora haitiana los acoge con beneplácito, y los gobiernos con poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU coinciden en sus deseos de ver el fin de las casi dos décadas de inestabilidad política en la nación caribeña.
``Es muy difícil ya que se trata de una nueva experiencia para la ONU'''', dijo el vocero David Wimhurst. ``No ha sido fácil, pero estamos logrando progresos''''.
Despachada hace más de dos años, la fuerza de 9.000 efectivos está incursionando cada vez más en el interior de Cite Soleil y asegurando terreno con bases y puestos de control.
La campaña ha permitido la muerte o captura de varios supuestos pandilleros. Los críticos dicen que también ha cobrado un número impreciso de vidas inocentes en Cite Soleil, donde 300.000 personas subsisten en calles desbordadas de aguas negras.
En una importante operación reciente, más de 700 efectivos irrumpieron en Cite Soleil para tomar control de un sector que estaba en manos de los pandilleros. Un tiroteo de varias horas dejó dos soldados heridos y por lo menos un supuesto hampón muerto.
La idea, dicen funcionarios de la ONU, es someter a las pandillas.
``Las estamos sitiando. Es como una operación medieval, tratando de presionarlos'''', dijo Edmund Mulet, enviado especial de la ONU a Haití, a los reporteros en la sede central de la organización el 29 de enero.
Mulet dijo que hay disparos contra sus fuerzas ``todos los días'''' y calificó de ``sicópatas'''' a los jefes pandilleros que secuestran y matan a sus compatriotas.
Alix Fils-Aime, un asesor de seguridad del presidente Rene Preval, dijo que las pandillas consiguen aliados en Cite Soleil, en parte compartiendo su botín con los pobres. Robert Argant, presidente de la Cámara de Comercio Haitiana, dice que ``estos tipos están usando el dinero que roban para conseguir apoyo de otros''''.
Los miembros de las pandillas afirman ser soldados que luchan por la igualdad social en un país donde un 80% de la gente sobrevive con menos de dos dólares diarios y una reducida elite controla la economía.
``Nos llaman pandilleros, pero todos en este mundo lo son. Cuando uno está hambriento, se enfurece. Cuando uno está sediento, también se enfurece. Cuando alguien está contra ti, tienes que estar indignado'''', comentó un pandillero de bajo nivel, que se identificó solamente como Yamoska.
Preval, que fue elegido hace un año por gran mayoría, ha enviado emisarios a las pandillas para negociar un desarme pacífico, mientras que simultáneamente emplazó la policía nacional en Cite Soleil por primera vez después del derrocamiento de Aristide.
El gobierno también estimula a las pandillas a deponer sus armas a cambio de entrenamiento laboral y ayuda económica.
Pero muchos miembros de las pandillas siguen leales a Aristide y dicen que la ONU está aliada con sus enemigos. Varios dijeron a la AP que deseaban abandonar sus armas pero que temían ser vulnerables a las incursiones de las Naciones Unidas.
El 22 de diciembre, en una de las campañas más enérgicas de la ONU en meses, los soldados irrumpieron en Cite Soleil y después de cinco horas de lucha había al menos seis muertos y un número impreciso de heridos, dijo la ONU.
La fuerza de la ONU dijo que solamente murieron pandilleros, citando a sus informantes. Pero residentes de Cite Soleil dijeron que por lo menos hubo diez muertos y que ninguno de ellos era pandillero. Depositaron los cadáveres en una escuela vacía y exigieron justicia ante los sollozos de los familiares de las víctimas.
``Ha muerto gente, se han incendiado casas, se han destruido vidas. Queremos una investigación'''', reclamó Webster Maurice, un activista del barrio.
Funcionarios de la ONU aseguran que los soldados tratan de evitar herir a los inocentes.
En la mayoría de las 15 misiones de mantenimiento de la paz de la ONU en el mundo, las fuerzas internacionales han operado principalmente en función de policías para mantener el orden después de conflictos. Aunque han tenido enfrentamientos con militantes en Congo y Sierra Leona, sólo en Haití combaten rutinariamente con bandas armadas, dijo Wimhurst.
``Normalmente lidiamos con grupos rebeldes o facciones armadas que tienen líderes y han accedido a desarmarse o a convenir un acuerdo político. Aquí, nada de eso es verdad. Sólo es una serie de pandillas la que pelea con nosotros'''', dijo.
Los soldados en Haití provienen de 19 países: Argentina, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Croacia, Ecuador, Estados Unidos, Filipinas, Francia, Guatemala, Jordania, Marruecos, Nepal, Pakistán, Paraguay, Perú, Sri Lanka y Uruguay. Otras 25 naciones aportaron policías.
Quince soldados y policías extranjeros han muerto, incluyendo varios en combates con las pandillas.
En la mayoría de las incursiones, los soldados de cascos azules entran en el barrio de tugurios en vehículos blindados y a pie para controlar sectores, arrestar delincuentes y requisar armas. Sólo pueden disparar si son atacados.
Pocos en Haití creen que Cite Soleil se pacificará a menos que se encare la profunda pobreza.
Estados Unidos anunció recientemente una subvención de 20 millones de dólares para crear empleos y suministrar otra ayuda, y algunos donantes extranjeros contribuyen a equipar la fuerza policial haitiana. Pero el país sólo tiene unos 6.000 policías, una octava parte de lo que se considera necesario.
Abrimos este espacio en 2007 cuando en Haití se hablaba también español debido a la presencia de los soldados latinos de la MINUSTAH. Una ventanilla de expresión hispánica para verse mejor . Después del 2010, el mundo hispano se ha acercado bastante a Haití. Sirvio para darse cuenta del distanciamiento de sus vecinos de culturas hispanas casi todas. Esta sigue abierta para recibir todos aquellos que quieran entender y ayudar a esta nación patrimonio de la humanidad.
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