En el aspecto poblacional hubo 869 desaparecidos, 310 mil 928 heridos, 1.5 millones de personas afectadas, 1.3 millones en albergues y 766 mil 724 desplazados, y en infraestructura daños por US$520.6 millones.
El documento fue presentado a la Conferencia por Ricardo Zapata Martí, asesor regional en desastres de la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (CEPAL), del sistema de Naciones Unidas.
Como consecuencia del sismo, y sin tomar en cuenta las actividades de reconstrucción, se estima en el informe que la pobreza extrema volvió a los niveles de 71% que registraba en 2001, y la moderada al 50%.
La evaluación determinó que el impacto del terremoto del 12 de enero, de US$7,754.3 es casi seis veces el monto de desastres acumulados en Haití de 2004 a la fecha.
Esta acumulación se refiere a los efectos del huracán Jeanne en septiembre de 2004, a las lluvias del huracán Dean y de la tormenta tropical Noel, entre agosto y octubre de 2007, y de los huracanes Hanna, Ike y Gustav, en 2008.
La composición de los daños y las pérdidas por sectores y subsectores revela que en desarrollo social ascendieron a US$500,6 millones, en Producción US$933,3 millones, y en Infraestructura US$520,6.
Para paliar la situación, el Gobierno haitiano sugirió el aporte de unos US$11,500 millones.
En desarrollo territorial, el informe recoge que que Puerto Príncipe, la capital, donde casi se concentraron los daños, hay una excesiva concentración de 65% de la actividad económica del país.
También refiere la carencia de oportunidades económicas entre los otros departamentos o provincias, situación que el sismo puede cambiar, determinando que una nueva distribución poblacional pueda crear la oportunidad de avanzar a los nuevos polos de crecimiento.
Al respecto el Programa de Evaluación de Desastres aconseja incentivar a las poblaciones desplazadas a asentarse en torno a los nuevos polos de crecimiento mediante el apoyo a la reconstrucción.
Además desarrollar las infraestructuras y los servicios necesarios en apoyo a las actividades económicas fuera de Puerto Príncipe y acelerar los procesos de desconcentración y descentralización.
Finalmente, el informe sugiere, respecto al camino a seguir, repensar la gobernabilidad de Haití, de manera de reconquistar la confianza de la ciudadanía y asegurar que el bienestar colectivo se base en la mejora de los individuos.
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