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lunes, 8 de marzo de 2010

EL HOMBRE DE LOS HELADOS..HAITIANOS EN VENEZUELA

Paula Vilella | Caracas

Actualizado domingo 07/03/2010 12:42 horas

Es muy común pensar que, bajo el aplastante sol de Caracas, será un haitiano quien te venda un helado desde cualquiera de los cientos de carritos que se mueven al son del tintineo de la campanilla y la música publicitaria.

Sin embargo, según un estudio del Servicio Jesuita al Refugiado (SJR) de próxima publicación, la mayoría de ellos se dedica a la economía informal y, a pesar de la solidaridad del gobierno de Hugo Chávez con la comunidad haitiana, el pueblo de Petion es víctima de la discriminación del venezolano de a pie.

“El 40 por ciento de los haitianos se dedican a eso porque vienen indocumentados y es el único trabajo que se consigue para sobrevivir con dignidad”, explica Frandy Delice, que ha vivido 13 de sus 27 años en Venezuela y que estudia y conduce una camioneta de transporte público.

Hace más de un cuarto de siglo, su padre llegó a Caracas en busca de un futuro mejor y fundó una comunidad religiosa que une a través de la fe a la comunidad haitiana de la zona popular de Carapita, uno de los principales asentamientos de haitianos en la capital. Ahora, Frandy es el secretario de la comunidad y junto a algunos compatriotas se ha reunido en los locales de su iglesia para ver la mejor manera de ayudar desde la distancia a su pueblo.

“La persona emigrante llega con expectativas de trabajar pero se encuentra con que vender helados es lo único que le dejan hacer así que se ve como un paso necesario hasta llegar al punto específico que visualizaron cuando emigraron”, dice Delice.

La solidaridad demostrada por Chávez con la comunidad haitiana, con la que dice tener una deuda histórica por la ayuda que Alejandro Petion prestó a Venezuela en su independencia, contrasta con la manera en que el pueblo venezolano trata a los haitianos.

De hecho, el estudio realizado por el SJR revela que el 44 por ciento de los encuestados contestó que le habían insultado alguna vez por ser haitiano o negro y el 10 por ciento señaló haber sido golpeado por estas causas.

“Cuando nos ven con el carrito y nos insultan es una humiliación muy grande porque la gente se piensa que somos inútes y no sabemos hacer nada más, pero no es así”, reivindica Delice, y asegura que están desarrollando en el barrio una cooperativa que les está haciendo ganarse más el respeto de sus vecinos al ver lo organizados que están.

A su lado, con el pelo blanco, gorra en mano y un rosario en el cuello, el constructor Wilfrid Guerrier afirma con rotundidad: para comer no voy a robar ni ser vagabundo. Hace 20 años llegó a Venezuela escapando de Duvalier y porque en su Puerto Príncipe natal oía que en Venezuela las cosas eran distintas.

Pasaporte venezolano

En la isla quedaron la hija, el yerno y la nieta de Guerrier, quienes lo perdieron todo en el terremoto que destrozó la isla el pasado 12 de enero y en el que murieron 300.000 personas, entre ellas varios familiares de Wilfred.

Ahora quiere traerse a los suyos al país petrolero pero espera a saber si tendrá que ir a por ellos o podrán venir por sí mismos a Venezuela. Y es que ven en la mano que Chávez ha tendido a Haití tras el desastre sísmico una oportunidad de reagrupar a sus familiares y legalizar su situación en Venezuela, como ya está ocurriendo en Ecuador.

Alfredo Infante es el director regional para América Latina y Caribe del SJR, organización que ha establecido una red de solidaridad de población haitiana emigrada en toda Latinoamérica porque, a pesar de no entrar en la definición de refugiados de ACNUR, el SJR considera que la falta de posibilidades del país más pobre del continente obliga a sus ciudadanos a marcharse de ahí.

Infante no cree que los puestos de trabajo prometidos para la reconstrucción del país vayan a suponer un efecto llamada a la población haitiana en el exterior por los bajos salarios del país. “Se da en ellos un sentimiento paradójico de querer apoyar a su tierra pero están enraizados en Venezuela y piensan más en la reagrupación de sus familiares”, considera.

Haití está en Venezuela

“Haití está en Venezuela” es el título de la investigación llevada a cabo por el SJR. Según sus datos, el 37 por ciento de los haitianos radicados en Venezuela tiene entre 25 y 34 años y son mayoritariamente varones.

Además, ocho de cada diez aseguraba trabajar y el 41 por ciento afirmaba dedicarse a la economía informal y ganar el sueldo mínimo sin contrato laboral ni tiques de alimentación, seguridad social ni protección laboral.

http://www.elmundo.es/america/2010/03/07/noticias/1267982529.html

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