A excepción de Batay Ouvriyé, los principales sindicatos haitianos siguieron siendo silenciosos en el debate sobre el salario mínimo.
Líderes de organizaciones sindicales contactados por radio Metropole se habían negado a pronunciarse sobre el expediente que según ellos había sido politizado.
El jefe del Estado se entrevistó con los parlamentarios y hombres de negocios antes de la expiración del plazo constitucional para la objeción a la ley votada por las dos habitaciones. Por su parte, uno de los dirigentes de Batay Ouvriyé, Didier Dominique, pide al Presidente Préval publicar en el mejor plazo la ley que fija el salario mínimo en 200 gourdes al día.
Revela que una compañía extranjera basada en Cabo Haitiano se propuso pagar 400 gourdes al día como salario mínimo a sus obreros.
Además, Sr. Dominique no entiende las vacilaciones del Gobierno que dispone de los resultados de una investigación que estima en 300 gourdes diarias las necesidades de un obrero.
Preguntado sobre las consecuencias de las dos cientos gourdes sobre la ley HOPE, el responsable de Batay Ouvriyé, recuerda que HOPE había hecho hincapié en el respeto de los derechos y prerrogativas de los obreros.
Siempre reconociendo la necesidad de una creación masiva de empleo, Sr. Dominique alega que es necesario que los obreros dispongan de los recursos necesarios para responder a sus necesidades. Se opone a un aumento gradual del salario mínimo, indicando que no tendría en cuenta la tasa de inflación anual. “El jefe del Estado debe publicar la ley si no quiere oponerse a los desideratas del pueblo”, concluye el Sr. Dominique.
LLM
http://www.metropolehaiti.com/metropole/full_une_fr.php?id=15333
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