¿Qué será de nuestro futuro? ¿Qué nos reservará nuestro mañana?
Dos preguntas que no se hacen. Simplemente porque somos incapaces de aproximarnos remotamente a una repuesta.
El futuro no nos pertenece. Es una regla general. Es una regla general a la que yo mismo le he encontrado una excepción. En Haití se sabe bien lo que ese mañana nos reserva: nada. Seguramente lo mismo que fue ayer y anteayer. Que la semana pasada. El mes pasado. El año pasado, el siglo pasado.
Sin eficaces remedios, las penas de un día echan raíces, se anclan, perduran, y se convierten en los padecimientos de siempre. Desde la instauración de la “democracia haitiana”, (nosotros dejamos a los que nos la hacen tragar, a pesar de las nauseas y deseos de vomitar que nos revuelven el estómago, las primicias de establecer la fecha del inicio de ella), los tres poderes no han enseñado ninguna ambición de hacer obras y causas comunes.)
Ellos dan la impresión de trabajar cada uno de su lado para mostrar quién es el que ostenta el verdadero poder.
No es difícil comprender por qué Haití no avanza. ¿Cómo se puede construir un proyecto verdadero basándose en un tríptico en el que cada soporte afirma un culto sagrado a la divergencia?
Entonces no hay que buscar en las profecías de Nostradamus para saber cómo será el futuro de Haití y de los haitianos. En lo inmediato sabemos que un conflicto sin ser completamente resuelto se reemplaza a menudo por otro conflicto. Durante meses el país ha vuelto al ritmo de un conflicto entre el poder legislativo y el poder ejecutivo. El escollo es una ley que aumente el salario mínimo de 70 a 300 gourdes, votado con demasiada ligereza. La sociedad haitiana ha sufrido largamente. Ha habido fisuras, heridas, perjuicios materiales. Entre ese tiempo, la actividad de los diputados se limita a esta ley.
En un momento dado uno se pregunta : ¿cuál será la fachada del balance del trabajo efectivo de los miembros de ese famoso poder legislativo?
Los obreros están todavía en las calles. Los estudiantes también. Los patrones guardan las expectativas.
La ley reivindicada por el poder ejecutivo debe ser presentada al senado.
Pero los diputados vuelven a la carga buscando más conflictos.
La manzana de la discordia es esta vez: el 14º mes. Tendría que haber dicho “el rechazo del poder ejecutivo de pagar un 14º mes de salario a los funcionarios de administración pública.”
De hecho el gobierno haitiano pagará 14 meses de salario a estos empleados que trabajan doce. Nada nuevo. Nada único. Imagino que a los empleados del estado les toca un 13º mes por las fiestas de navidad y de fin de año. El 14º mes para la vuelta escolar. Los diputados deberían votar una ley por un 15º mes que los servidores públicos percibirían en el momento de salir de vacaciones. Definitivamente esto es una muestra del valor que se le da a los derechos del hombre y del ciudadano.
Hay que recordar que el poder ejecutivo cuenta con la generosidad internacional por cubrir el 80% de su presupuesto. Hay que acordarse de que a causa de la falta de medios las sumas adjudicadas a los sectores vitales y prioridades (salud, educación, infraestructuras etc) son irrisorias. La adjudicación de un 13º y 14º me parecen ser una muestra de ayuda exagerada y gratuita.
Si la gestión del país continúa en la configuración actual será necesario en algún tiempo preveer un 24º mes para los asalariados del sector público. Sobre todo con esos poderes que no llegan a sentir la voluntad de alinearse alrededor de la misma mesa y construir un proyecto común. Un proyecto que permitirá crear más empleos, aumentar el poder de compra. Una reducción del desempleo que permitiría que en una misma familia existieran diversos miembros a la hora de percibir ingresos. Una invasión masiva de inversores que se ocuparían de la isla de la Tortue, de la isla de la Gonave para una industria turística floreciente. Pero nuestros diputados son campeones de las interpelaciones. Nuestros ministros? De ellos, mejor que no hablemos. Pero en general todo el mundo se inscribe en la lógica del MMS: Mete la mano y saca.
Haití puede contar según nuestros parlamentarios, con recursos
abundantes: Los fondos del programa “Pétro Caribe de Hugo Chávez”. El espíritu del programa prevé la utilización de dinero para las inversiones rentables, programas de desarrollo de beneficios palpables. Sin embargo son utilizados y lapidados en programas de urgencias que raramente dejan dividendos para el país. Un senador apunta ya los fondos de este programa para saldar el 14º mes de salario de funcionarios.
Lástima, habremos visto de todo bajo el sol de Haití.
Así que nuestro futuro próximo será: el nuevo conflicto entre el poder legislativo y el poder ejecutivo alrededor del rechazo del 14º mes. A menos que otro ciclón destruya un cuarto del país. Será necesario volver a nuestra carta magna para ver qué porcentaje del deber legislativo se toma en cuenta por nuestros celebérrimos diputados y senadores.
Feliz semana a nuestros lectores de « Haïti Crema y Nata »
25/08/09
TEXTO DE JONAS JOLIVERT
Traduccion : SARA GONZALEZ
Abrimos este espacio en 2007 cuando en Haití se hablaba también español debido a la presencia de los soldados latinos de la MINUSTAH. Una ventanilla de expresión hispánica para verse mejor . Después del 2010, el mundo hispano se ha acercado bastante a Haití. Sirvio para darse cuenta del distanciamiento de sus vecinos de culturas hispanas casi todas. Esta sigue abierta para recibir todos aquellos que quieran entender y ayudar a esta nación patrimonio de la humanidad.
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