Pedro Jiménez - 3/20/2007 12:13:00 PM ESPERANZA.- La Iglesia Católica entregó a las autoridades policiales de esta ciudad al presunto autor de la muerte del estudiante de término de comunicación social José Manuel Mercado Castillo para robarle un celular, ocurrida el pasado viernes en el sector Los Callejones de Monguita, de Peñuelas, municipio de Esperanza.
El alegado responsable del asesinato del estudiante del CURSA-UASD es Víctor Manuel Tavárez (El Pollo), de 33 años de edad, nativo de la comunidad de Pueblo Nuevo, de Mao, quien fue inmediatamente trasladado al destacamento de la Policía del municipio de Esperanza.
Cuando se conoció que el presunto matador de Mercado Castillo se había entregado en Santiago e iba a ser trasladado a Esperanza, cientos de personas se aglomeraron en los alrededores del destacamento policial pidiendo que le entregaran a Tavárez para lincharlo.
Inmediatamente, el mayor de la Policía Nacional Rubén Consuegra, comandante de la dotación de Esperanza, solicitó refuerzos y decenas de agentes policiales acordonaron el destacamento policial, evitando que el inculpado fuera linchado.
Según explicó el mayor Consuegra, el Pollo había sido procesado en siete ocasiones acusado de la comisión de varios hechos delictivos, entre los que figuran robos y atracos.
Con relación al hecho también la Policía Nacional detuvo a Fernando Dévora Batista, cuñado de la víctima, de quien supuestamente residentes de Esperanza aseguran haber visto junto a El Pollo la noche en que fue asesinado a palos José Manuel Mercado Castillo.
El estudiante cursaba los últimos semestres de Comunicación Social en el Centro Universitario Regional de Santiago (CURSA-UASD), y producía el programa radial “Que Kul” a través de la emisora Rumba FM.
Para las seis de esta tarde, compañeros estudiantes de comunicación social de Mercado Castillo realizarán una vigilia en el edificio 2 del CURSA-UASD y se vestirán de negro en señal de luto. http://www.listin.com.do/app/article.aspx?id=6805
Comentario
En días pasados, habíamos recogido y publicado una noticia similar que relataba el asesinato de un ciudadano haitiano cuya identidad no había podido ser revelada debido a que no cargaba ningún documento que permitiera su identificación. Este indocumentado había sido matado para robarle su teléfono celular. Debido a las tensiones a flor de piel que siempre matizan las relaciones entre los ciudadanos haitianos y dominicanos tomamos la delantera en un pequeño comentario para que dejaran de lado todo concepto racista xenófoba o anti no se que para explicar un hecho que correspondía a una manifestación de violencia característica y caricatural de nuestras sociedades.
Hoy se trata de la muerte lamentable de un ciudadano dominicano para corroborar lo que expresamos en días anteriores.
Esta vez me llama también la atención sobre el hecho de que los pobladores de Esperanza quisieron hacer ellos mismos justicia linchando el acusado. Esto permite varias reflexiones:
- En Haití también se ha dado el caso de bandidos tomados en flagrante delito quienes han sucumbido bajo el peso de la justicia popular. Las escenas son generalmente duras a pesar de que se aplicasen a notables bandidos. Ellas traen a la memoria las famosas escenas del “dechoukage” de 1986 después de la salida del poder hacia el exilio del dictador Jean Claude Duvalier. Estas escenas se usaron para justificar unas apelaciones de pueblos bárbaros que se nos atribuyó en época en que se hablaba de guerras quirúrgicas para limitar los números de muertos. Eso Como su existiera una forma bárbara y una forma culta y civilizada de quitarle la vida a un ser humano. Entre estas técnicas se destaco el suplicio de la goma (“supplice de la roue”) versión haitiana corregida, revisada y aumentada conocido como “Le père Lébrun” muy aficionada por el ex sacerdote presidente Jean Bertrand Aristide. Armas que los propiciadores del golpe de estado de 1991 sacaron para justificar sus acciones. La atrocidad de este comportamiento o el mero hecho de matar a un individuo entra en lo que es la falta de respeto para la vida. Y este fenómeno no es propio ni de Haití ni de republica Dominicana sino es característico de países subdesarrollados donde la violencia representa un modus vivendo que proporciona dividendos a los abandonados y descuidados por la sociedad. Esta falta de respeto es una explicación matriz que opaca y oculta otra de menor importancia pero real que es la falta de confianza en los mecanismos de la justicia en nuestros países.
- Otra reflexión que inspira este hecho es que ella permite que se ponga de lado las ideas racistas que aparecen cuando participa un haitiano de un lado como del otro en actos de esta naturaleza. La idea que hace pensar que se puede linchar un individuo no tiene justificación nacionalista cuando el inculpado es de nacionalidad extranjera o haitiana.
Lo que se debe notar es la eficacia de los servicios de las fuerzas del orden quienes se empeñan y logran muchas veces capturar a los asesinos. Lo que por el momento hace falta en casa…
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