P-au-P [AlterPresse] Haití y Francia son desde ahora en adelante socios en un proceso de “codesarrollo”, sellados por acuerdos que acaban de presentarse públicamente. Fue en la tarde del miércoles 12 de diciembre, delante de un grupo de huéspedes que el Ministro de los Haitianos residiendo en el extranjero, Jean Généus, y el embajador de Francia en Haití, Christian Conan, hicieron oficialmente públicos los acuerdos de Codesarrollo firmados en Abril pasado entre Francia y Haití, ha constatado a AlterPresse.
El embajador Conan recordó que “se entiende por Codesarrollo toda acción de ayuda al desarrollo, cualquiera que sea el sector en el cual se realiza, a la cual participan emigrantes viviendo en Francia (metropolitana y Dom-TOm).
Prosiguió avanzando que “estos acuerdos de Codesarrollo pueden referir tanto a los Haitianos que desean regresar a su país para crear una actividad, (hombres de negocios, médicos, universitarios, ingenieros, electricistas, fontaneros establecidos duraderamente en Francia…) quiénes están dispuestos a invertir en su país de origen para promover actividades productivas o que desean hacer aprovechar Haití de sus competencias, sus conocimientos técnicos y su liderazgo”.
http://www.alterpresse.org/spip.php?article6759
Comentarios:
El concepto “Codesarrollo”, un “sueño-propuesta” precioso al Presidente Francés Nicolas Sarkozy corre el riesgo de aportar muy pocas soluciones a los verdaderos problemas de Haití.
Esta manera de comprometerse sobre una nueva forma de cooperación se basa esencialmente en una diáspora muy fuerte y organizada. Tal no es el caso de la diáspora haitiana. Y esta característica no se refiere solamente a la diáspora haitiana sino a toda la comunidad de los haitianos que viven en el extranjero que, a pesar de sus tendencias a gritar muy fuerte en voz altísima su peso y su importancia como base y apoyo a la economía del país, tienen aún demasiado dificultad a mostrar esta organización que haría de ella una verdadera fuerza con la cual sería necesario contar definitivamente.
Los Haitianos del extranjero arrastran las taras características y sui generi de todos los haitianos que se resumen en esta actitud de desconfianza ancestral demasiado afianzada en nuestras mentalidades y esta voluntad deliberada de creer que se puede siempre ser jefe, Presidente o director de algo.
Basta para darse cuenta de ello, enumerar las innumerables asociaciones y reagrupaciones profesionales haitianas que trabajan sobre pequeños territorios geográficos y estrechos espacios coyunturales.
En esta configuración, será muy difícil concebir un proyecto válido cuya ejecución aportaría una verdad ventaja a un sector de la sociedad haitiana. Las asociaciones que tienen Haití o una problemática haitiana como punto de mira buscan a menudo un reconocimiento demasiado personal y esto, aunque el proyecto contemplado pide y exige un trabajo mutualizado de varios sectores asociativos. Y a eso se añade el hecho de que la aceptación de un proyecto puede ser favorecida por una determinada connivencia con los elegidos locales, parte principal de esta cooperación descentralizada.
Como resultado los proyectos concebidos no son los mas adaptados a sectores específicos. No es raro ver elevarse un proyecto de creación de universidad en una ciudad de la parte adentro del país completamente desprovista de infraestructura y donde no se ha resuelto aún el problema de la educación primaria.
Se debe seguir siendo vigilante y ver cómo van a arreglarse los proyectos y sobre todo detectar las repercusiones realmente positivas y útiles para Haití.
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