Una procesión interminable y una misa organizadas para glorificarla Virgen María, Santa patrona del país desde hace 65 años y a quien la Iglesia Católica atribuye esta curación; la Conferencia episcopal requiere de las autoridades que se libere Haití del “poder de la muerte” y que la juventud rechace la inmoralidad
Sábado 8 de diciembre de 2007, Radio Kiskeya.
Decenas de miles de fieles católicos participaron sábado en una procesión gigantesca seguida de una misa con motivo de un doble acontecimiento, el 125 avo aniversario de la “curación milagrosa” de la viruela y el 65e año de la consagración de Haití a la Virgen Maria.
Partidos de la iglesia Notre-Dame del Perpetuo Socorro de Bel-Air, los peregrinos recorrieron varios kilómetros para llegar al estadio nacional Sylvio Cator deteniéndose, en particular, delante del Palacio Nacional (sede de la Presidencia) y del Hospital de la Universidad de Estado de Haití (HUEH), dos de las siete estaciones previstas.
Vestidas de blanco bajo un sol de plomo, personas de todas las edades, salidas de todas las capas sociales, desearon que Dios libere a Haití enumerando entre los problemas que deben solucionarse la extrema pobreza, la inflación galopante y la inseguridad.
En su sermón de circunstancia con una gran tonalidad política, el Presidente de la Conferencia episcopal de Haití, Mgr Louis Kébreau, declaró en un estadio lleno casi a agrietarse que esta movilización espectacular de la comunidad cristiana era la expresión del compromiso del apego del pueblo haitiano a la Virgen María. Recordó la amplitud del “milagro” que permitió en 1882 poner fin a una epidemia fatal de viruela gracias a la intercesión de la Virgen ante su hijo.
El prelado también pidió a las autoridades que pusieran fin al reino del poder de la muerte combatiendo los grandes males de la sociedad que representan la ocupación extranjera, el desempleo, el hambre, la inseguridad y la corrupción cuyas manifestaciones catalogó escandalosas. “La hora de la libertad y la verdad ha sonado. Debemos reconquistar nuestra independencia, liberarnos del poder de la muerte sin recibir dictados. Debemos tener una razón de ser orgullosos de nuestra bandera y sentirnos haitianos, es lo que quiere nuestra madre Marie ", afirmó delante de una muchedumbre muy receptivo Mgr Kébreau que también pidió a los jóvenes apartarse de la inmoralidad y la droga eligiendo un método de vida conforme a la dignidad humana.
Tomando la palabra también en la ceremonia, el Obispo de Gonaïves, Mgr Yves-Marie Péan, renovó la consagración del país a Nuestra-Señora del Perpetuo Socorro que se ha convertido en su santa-patrona en 1942 bajo el Gobierno de Elie Lescot.
Por su parte, el Nuncio apostólico, Mgr Mario Giordana, dio lectura de un mensaje de circunstancia del Papa Benito XVI en el cual el Soberano Pontífice pidió a la Virgen de volver a velar por el destino de Haití.
Colocada en el centro del terreno de juego del estadio de futbol Sylvio Cator, el icono representando a la santa-patrona se paseó antes a través de las calles de Puerto-Principe sobre una carroza que se había detenido, en particular, en el patio del Palacio Nacional. El Presidente René Préval había dejado sus apartamentos privados para ir al encuentro de los Obispos que estaban encabezando de la procesión. Los prelados habían aprovechado para encensar la sede de la Presidencia.
Al mediodía, las campanas de todas las parroquias de Haití sonaron juntos. Beneficiándose de una amplia cobertura mediática, la procesión religiosa se desarrolló respectando una ruta controlada por la Policía nacional que había desplegado un imponente dispositivo de seguridad.
El centro comercial de la capital se había literalmente paralizado, dado que se cerró todos los accesos a la circulación.
Durante los últimos treinta años, la visita del Papa Juan-Pablo II, en marzo de 1983, fue el único acontecimiento religioso en haber suscitado tanto entusiasmo popular.
Las celebraciones del aniversario 125 de la curación de la viruela se habían lanzado en febrero con novenas de rezo y cultos de adoración que se continuaron durante los meses siguientes.
Varios historiadores, entre los cuales se nombra Georges Corvington, autor de “Puerto-Príncipe durante los años”, informó de que entre octubre de 1881 y febrero de 1882 la epidemia de viruela diezmaba la población de Puerto-Principe al ritmo de unos setenta muertes al día. Después de haber hecho 5 a 10.000 muertes, esta enfermedad entonces incurable desapareció repentinamente el 5 de febrero de 1882, un día consagrado a manifestaciones religiosas de reconocimiento.
Un icono Virgen María que el padre Kersuzan de Cabo-Haitiano había traído del extranjero habría sido la causa de la realización de este “milagro”, considerado como un tiempo importante de la historia de la Iglesia Católica haitiana y un activo mayor por los defensores de la doctrina fe. spp/Radio Kiskeya
http://radiokiskeya.com/spip.php?article4501
Traduccion Dr JJ
Abrimos este espacio en 2007 cuando en Haití se hablaba también español debido a la presencia de los soldados latinos de la MINUSTAH. Una ventanilla de expresión hispánica para verse mejor . Después del 2010, el mundo hispano se ha acercado bastante a Haití. Sirvio para darse cuenta del distanciamiento de sus vecinos de culturas hispanas casi todas. Esta sigue abierta para recibir todos aquellos que quieran entender y ayudar a esta nación patrimonio de la humanidad.
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