Brote de cólera de tipo O1, el más fuerte
Numerosos pacientes esperan a ser atendidos. I AFP
Haití es el lugar ideal para que una epidemia se propague a gran velocidad
'El país vive una situación de urgencia sanitaria, dice el secretario de salud
Los médicos y cooperantes están completamente desbordados de pacientes
El cólera puede matar en tres horas porque cuando empieza la diarrea, no para
Jacobo G. García
Actualizado sábado 23/10/2010
Ríos pestilentes que sólo arrastran plásticos, heces y perros, montañas de basura y calles de barro. A pesar de que el cólera, a diferencia de Europa, África o Asia, no había llegado nunca al Caribe, a simple vista Haití es el lugar ideal para que cualquier epidemia se propague a gran velocidad. Más aún con un millón y medio de personas durmiendo en la calle, bajo un mar de plásticos, desde el mes de enero.
Así está ocurriendo con el cólera que ha dejado hasta el momento entre 118 y 156 muertos por un brote que afecta a las regiones del norte y este del país y que se ceba con niños y ancianos. Mientras que para el presidente René Preval "sí es cólera", la Organización Mundial de la Salud (OMS) califica la situación de "brote de diarreico" a la espera de los resultados de sus propios análisis. En cualquier caso, brote o epidemia, otras 1.600 personas están afectadas y cientos de personas abarrotan los hospitales.
"Estamos en una situación de urgencia sanitaria", dijo angustiado el secretario general del ministerio de salud Gabriel Timothée, quien confirmó que se trata del brote tipo 01, el más fuerte de los tipos de cólera registrado y localizado hasta ahora en África.
Médicos, hospitales y cooperantes están desbordados ante la llegada de pacientes con deshidratación y diarrea. El cólera, que causó la muerte en Europa de 300.000 personas entre 1830 y 1831, se contrae por beber o comer alimentos contaminados con la bacteria. En una epidemia de cólera la fuente de contaminación son generalmente las heces de un infectado, propagándose con facilidad en lugares de hacinamiento o junto a aguas estancadas. En una población escuálida, mal alimentada y sin acceso a medicinas, las víctimas mueren en pocas horas por una rápida pérdida de líquidos.
El presidente de Haití René Préval se reunió de urgencia con su gabinete de crisis, en el que está el primer ministro y el ministro de sanidad. Con cientos de improvisados campamentos regados por todo el país desde hace diez meses, la prioridad de todos (ONG, organismos internacionales y autoridades locales) es evitar que el cólera llegue a Puerto Príncipe y se extienda por los asentamientos.
Tanto los pastores evangélicos que visitan cada campamentos captando feligreses y anunciando la Apocalipsis desde el 12 de enero, como las ONG y organismos internacionales que trabajaban en el país desde antes y después del terremoto, habían advertido del peligro de epidemias, y era el mayor temor con el que trabajaba en la reconstrucción.
Por el momento, las autoridades recorren los asentamientos pidiendo a la población a lavarse regularmente las manos, a no comer vegetales crudos, a hervir la comida y el agua para tomar y evitar bañarse o beber agua en los ríos. "Esta enfermedad es muy peligrosa", dijo el ministro de sanidad Alex Larsen. "Puede matar en tres horas porque una vez que la diarrea comienza no para", explicó. La paradoja y las miserias de Haití es que el 80% de estos casos es fácilmente controlable tomando agua con azúcar y sal.
España condona la deuda
La epidemia ha puesto en alerta a República Dominicana, que este viernes reforzó la vigilancia en la zona fronteriza con el vecino país, con el cual comparte la isla de La Española. "El brote de cólera en Haití representa todo el peligro del mundo para la República Dominicana", dijo el ministro de Salud, Bautista Roja. El ministro pidió incluso aumentar la dosis de cloro en el líquido que es suministrado en los pueblos fronterizos. Paralelamente España, que contribuye a combatir el cólera con 100.000 euros, anunció que ha condonado la totalidad de la deuda que tenía contraída con Haití, por un importe de 29 millones de euros.
Más de nueve meses después del terremoto que dejó 250.000 muertos, más de un millón de personas siguen viviendo a la intemperie en improvisadas tiendas de campaña levantadas con plásticos y palos. En el mejor de los casos, las familias que han conseguido una tienda de campaña donadas por la cooperación, pasan días enteros sin trabajar y sin comer. A medida que pasan las semanas, crece el descontento al ver como no llega la ayuda ni el dinero prometido y se han multiplicado los disturbios en la capital. Más aún ahora que el país vive inmerso en una campaña que elegirá presidente el próximo 28 de noviembre.
http://www.elmundo.es/america/2010/10/23/noticias/1287786527.html
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