Andrés Oppenheimer Publicado el 16 de enero de 2011
Un año después del terremoto que mató alrededor de 300.000 personas en Haití, los $3.000 millones que prometió la comunidad internacional para la reconstrucción del país se están dedicando a muchas cosas menos a una de las que más podría ayudar al país: plantar árboles.
Es cierto que cuando todavía hay más de 800.000 personas que viven en carpas en Haití, el 95 por ciento de los escombros causados por el terremoto no se han retirado, el 90 por ciento de la población carece de acceso a la electricidad y acaba de haber un brote de cólera, resulta difícil concentrarse en algo que no sean las tareas de auxilio inmediato.
Sin embargo, leyendo el informe titulado Haití: un año después, dado a conocer esta semana por el Departamento de Estado de Estados Unidos, me llamó la atención no encontrar la palabra "árboles" en el documento de casi 10.000 palabras. En él se afirma acertadamente que la deforestación ha hecho al país vulnerable a devastadoras inundaciones y ha arruinado la agricultura, pero no habla de ningún programa masivo al estilo del Plan Marshall para que los países donantes planten decenas de millones de árboles en el país. De manera similar, otra evaluación de Haití tras un año del terremoto dada a conocer el miércoles por la Comisión Interina de Recuperación de Haití (IHRC), el grupo internacional liderado por el primer ministro haitiano Jean-Max Bellerive y el expresidente estadounidense Bill Clinton, afirma que el grupo se está concentrando en siete sectores cruciales -incluyendo la creación de empleos, viviendas, y la limpieza de escombros- pero no menciona entre las prioridades la reforestación.
¿Tiene algún sentido reconstruir Haití sin reforestar? A juzgar por lo que escuché el año pasado después del terremoto, y por lo que veo desde hace mucho tiempo en Haití, el país más pobre del continente, tendrá pocas posibilidades de recuperación si no soluciona su problema ecológico.
En los últimos 100 años, los haitianos talaron el 98 por ciento de los árboles del país para usarlos como carbón para calentarse y cocinar. Cuando uno llega en avión a Haití, es como si estuviera entrando a un desierto: prácticamente no se ven espacios verdes.
La casi total ausencia de árboles ha arruinado el suelo de Haití. Sin árboles, la tierra no puede retener el agua de lluvia, dejando a la gente sin agua potable y a los agricultores sin tierras fértiles.
Además, cuando hay lluvias torrenciales o huracanes, el agua se resbala por las laderas de las montañas, sin que el suelo la absorba, provocando inundaciones que matan a miles de personas.
Mi opinión: Además de darles techo y comida a los desamparados, los esfuerzos internacionales de reconstrucción de Haití deberían incluir programas para plantar decenas de millones de árboles por año, aún si eso implicara demorar la reconstrucción de edificios públicos. Sin árboles, Haití no tendrá agua, ni alimentos, ni empleos, sino tan solo más miseria.
http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/H/haiti_%C2%BFreconstruccion_sin_reforestacion/haiti_%C2%BFreconstruccion_sin_reforestacion.asp?CodSeccion=219
Abrimos este espacio en 2007 cuando en Haití se hablaba también español debido a la presencia de los soldados latinos de la MINUSTAH. Una ventanilla de expresión hispánica para verse mejor . Después del 2010, el mundo hispano se ha acercado bastante a Haití. Sirvio para darse cuenta del distanciamiento de sus vecinos de culturas hispanas casi todas. Esta sigue abierta para recibir todos aquellos que quieran entender y ayudar a esta nación patrimonio de la humanidad.
Páginas
ADSENSE
HCYN SEARCH
EL PRECIO DEL AZUCAR ...
LIVING WITH ONE DOLLAR A DAY
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario