Puerto Príncipe, 14 jul (PL) El designado primer ministro haitiano, Bernard Gousse, presentó hoy los papeles de su candidatura al Parlamento, dos días después de lo provisto, como resultado de una crisis política después del nombramiento.
Tras posponer la entrega el pasado martes por protestas de los congresistas, Gousse acudió al Senado en la tarde de este jueves y entregó los documentos a la Comisión Especial que debe valorar su ratificación.
El presidente Michel Martelly eligió para el cargo al jurista de 52 años de edad la pasada semana, con lo que provocó una tormenta en el Legislativo, dominado por la oposición.
Parte de los parlamentarios, principalmente los pertenecientes al anterior bloque gobernante, Inité, se manifestaron contrarios a la designación y firmaron una petición para declarar el rechazo por adelantado del postulante.
Los legisladores aseguran que durante la gestión de Gousse en el Ministerio de Justicia se cometieron violaciones de los derechos humanos.
El nuevo candidato fue ministro durante el gobierno interino que asumió el poder en 2004 tras el derrocamiento del exdignatario Jean Bertrand Aristide.
La Constitución haitiana de 1987 establece que si el gobernante no cuenta con mayoría en el Parlamento, debe designar el primer ministro en consulta con los presidentes de los dos hemiciclos.
Anteriormente, el Congreso anuló la primera propuesta de Martelly, la del empresario Daniel Rouzier.
El partido del jefe de Estado, Respuesta Campesina, tiene solo tres asientos en la Cámara baja, de 99 posibles, mientras Inité cuenta con 46 diputados y 17 senadores, de un total de 30.
Martelly asumió la presidencia desde el pasado 14 de mayo, sin embargo asegura que su gobierno no ha comenzado a funcionar ante la ausencia de un primer ministro.
Desde el restablecimiento de la democracia en Haití en 1986 es la primera vez que un presidente electo no logra mayoría suficiente para legitimar la nominación.
El candidato que sea aprobado finalmente sustituirá al saliente Jean-Max Bellerive y ocupará el puesto en un momento decisivo para la nación caribeña, devastada por un terremoto en enero de 2010 y asolada después por una epidemia de cólera, con saldo de más de cinco mil vidas.
rc/lio
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