¿Cuántos haitianos hay?
Diferencias e intereses sobre esta población de inmigrantes
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Lunes 21 de julio del 2008 actualizado a las 12:53 AM
Antonio Jean camina recto y sin miedo. El color de su piel, negra desde los pies hasta la cabeza, no le impide sentirse libre en una tierra que no es la suya. Conoce, perfectamente, los retos que representan su estadía.
Hace diez años que Antonio llegó a República Dominicana, por los montes de Dajabón. Vino a adecentar su existencia, conciente de que enfrentaría circunstancias adversas derivadas de su condición ilegal. “Aquí, en Santo Domingo, me siento bien”, expresa en un creol pobremente disimulado.
Este haitiano trabaja construcción y practica el cristianismo en la iglesia evangélica Hermanos en Cristo, en el área de Villa Mella. Diariamente asiste a los cultos de una comunidad religiosa que acoge sus plegarias y alienta las intenciones de hacer vida común con los dominicanos.
La iglesia es de mayoría haitiana y está pastoreada por un haitiano. Los días de Antonio transcurren como los de miles de haitianos que residen en República Dominicana sin que las autoridades locales sepan con exactitud cuántos son, cómo están organizados, ni el monto económico que absorbe su acceso a servicios y necesidades focales, como alimentación, educación y salud.
El dato parece repetitivo, pero no deja de ser sorprendente: el Estado dominicano no ha podido hallar el mecanismo idóneo para contabilizar, registrar ni controlar la presencia haitiana en el país.
“Sobre este particular, pienso que hay mucha cosas qué decir y, en conclusión, decir que no hay un estudio científico”, precisa Sonia Adames, subdirectora del Servicio Jesuita para Refugiados e Inmigrantes (SJRI).
En República Dominicana hablar de cifras sobre el número estimado de haitianos, más que abordar el tema con fines constructivos, es una herramienta utilizada como recurso teórico, que adquiere importancia parcial en función del interés del sector de donde provengan.
Adames observa que la Dirección General de Migración habla de 200 mil haitianos debidamente registrados -cifra que el SJRI considera insignificante- y que un estudio coordinado por el Programa de Migración y Derechos Humanos de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), en el año 2004, estima que en el país hay entre 800 mil a un millón de haitianos.
“Yo insisto en que el planteamiento fundamental es que no hay un estudio científico sobre eso.
Creemos que es necesario que en el país haya estadística, pero saber, en un tiempo determinado, cuántos haitianos hay en el país. Eso tiene que ver con el trabajo de Migración, que supuestamente registra entradas y salidas, y con la Cancillería”.
Pero aunque de pronto parezca increíble, siendo la Dirección General de Migración el principal organismo responsable de articular la política migratoria en el país, en la unidad de prensa de esta dependencia se informó que su departamento de Estadísticas fue, inexplicablemente, desmantelado.
El dato fue más tarde confirmado por una empleada del área de documentación de la Oficina Nacional de Estadísticas (One), quien dijo que el personal técnico que había en Migración pertenecía a esta entidad gubernamental y que “hace años fue retirado”.
El SJRI está proponiendo que en el próximo censo nacional se registre la categoría de nacionalidad haitiana.
Cifras, cálculos tentativos y otras deficiencias del éxodo
De manera objetiva, es imposible hablar de cifras creíbles sobre haitianos residentes en República Dominicana. La situación se agudiza por el flujo constante de extranjeros de esa nación que burlan la vigilancia fronteriza o se transan con los responsables de salvaguardarla.
Esta debilidad institucional, develada por la falta de registro de estos extranjeros, nada tiene que ver con la otra cara de una realidad que desenmascara la incompetencia de las autoridades dominicanas. Datos oficiales señalan que en los hospitales públicos dominicanos, de las cinco provincias fronterizas, casi el 65% de las personas atendidas son haitianas y que, de cada diez parturientas, 3 ó 4 son de origen haitiano.
Este aspecto fue igualmente abordado por el sociólogo Manuel Núñez, miembro del Comité Dominicano por la Solidaridad Internacional con Haití, quien recordó que un estudio realizado por el Consejo Nacional de Población y Familia (Conapofa) refería los millonarios gastos estatales en servicios de salud utilizados por los haitianos.
Núñez también se suma a los que piensan que las cifras sobre esa población de inmigrantes varían dependiendo del lugar de procedencia. Explica que el cálculo maximalista sostiene que en el país viven 2 millones de haitianos; el minimalista asegura que son 600 mil y que una tercera conjetura, más o menos moderada, apunta a que asciende a algo más de un millón.
En 1991, la One hablaba de la existencia de 245 mil haitianos en suelo dominicano; en el 2003, la Cancillería afirmaba que eran un millón; el censo de población y familia del 1920 registró 28 mil 258.
Hacia un nuevo éxodo haitiano
El estudio de la Flacso descubre el inicio de una nueva migración haitiana, distinta a la que se desarrolló hasta los años 80, cuando la producción azucarera era un sector determinante en la economía del patio.
Adames considera que esa nueva migración tiene características diversas, con respecto a aquella que se fundamentaba en el corte de la caña, que era netamente rural y se establecía generalmente en los bateyes.
“Pero la nueva migración es urbana, básicamente”. La principal área económica donde mayormente se ubican sigue siendo el sector construcción. Pero, muchos han incursionado en la venta callejera.
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