REUTERS IÑAPARI, Perú
Cerca de 300 haitianos abandonaron su empobrecido país, golpeado por un devastador terremoto, buscando una vida mejor. Pero se encontraron con un destino inesperado: llevan un mes varados en la Amazonía peruana ya que la puerta de entrada a Brasil se ha cerrado abruptamente.
La mayoría -de unos 20 años y con alguna profesión- se han refugiado en una iglesia en la localidad fronteriza peruana Iñapari después de que Brasil apostó a inicios de enero policías federales a lo largo de la frontera para detener una oleada de inmigrantes ilegales.
Los 273 haitianos en Iñapari vendieron sus pertenencias y pagaron fuertes montos a inescrupulosos agentes de viaje para trasladarse a Perú a través de Panamá y Ecuador. Planeaban entrar por tierra a Brasil, donde una creciente economía ha atraído cerca de 4.500 abatidos haitianos tras el terremoto hace dos años.
Y todo este esfuerzo, solo para encontrar una frontera cerrada a su arribo. "No tenemos dinero y estamos tan lejos de Haití (...) solo le pedimos a Brasil que nos deje entrar", dijo Joniel Clervil, de 22 años, hablando en un inglés aprendido en la universidad antes de que el desastre natural de enero del 2010 pusiera un alto a sus estudios.
Tras agotar su efectivo, el grupo depende por el momento de donaciones de arroz y frijoles de la localidad fronteriza brasileña Assis Brasil. Es incierto si eventualmente podrán quedarse en Brasil o Perú, o si serán deportados.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, en un intento por controlar el flujo y desalentar a "coyotes" que se aprovechan de los inmigrantes, dijo durante una visita a Haití el 1 de febrero que su país otorgará 100 visas humanitarias por mes en Puerto Príncipe durante los próximos cinco años mientras refuerza la seguridad en la frontera.
Brasil también anunció que brindará visas humanitarias a todos los haitianos que ya están en Brasil, pero que los futuros inmigrantes serán retornados en la frontera salvo que hayan obtenido las visas necesarias antes de salir de Haití.
Perú requiere visa
El presidente peruano, Ollanta Humala, ha intentado parar lo que el Gobierno cataloga como una ruta de tráfico de personas con la firma de un decreto el mes pasado, que dispone que los haitianos obtengan una visa de turista antes de entrar a Perú.
Los haitianos varados en Perú dejaron su tierra antes de que este cambio entrara en vigencia, por lo que ahora se encuentran en un limbo burocrático. Los gobiernos dicen que realizará una reunión la próxima semana en la que podrían decidir el destino de estos haitianos.
Brasil es la mayor economía de Latinoamérica y, ante el crecimiento de los últimos cinco años y a una política foránea más asertiva, ahora afronta un problema muy del "Primer Mundo" al haberse convertido en un lugar que seduce a inmigrantes en busca de trabajo.
El país sudamericano es cada vez más visto como una alternativa a Estados Unidos, que ha elevado las deportaciones de inmigrantes indocumentados en medio de su crisis económica más profunda desde la Segunda Guerra Mundial.
"Brasil está pasando por este cambio. Recientemente se ha convertido en un imán para los inmigrantes y esto podría ser el puntapié para iniciar una planeada política migratoria", dijo Eleanor Sohnen del Migration Policy Institute en Washington.
René Salizar, un sacerdote peruano, dijo que el refuerzo de seguridad hecho por Brasil en la frontera era inevitable.
Salizar detalló que en la zona ha habido un constante flujo de haitianos desde que el terremoto magnitud 7 ocasionó la muerte de 300.000 personas y dejó a 1,5 millones sin hogar en Haití.
"Ví esto venir hace más de un año. Grupos de unas cinco a 20 personas llegando diariamente", dijo Salizar, quien ha ayudado a que los haitianos se queden en la iglesia del pueblo y en su casa.
Los lazos de Brasil con el país más pobre de América se acentuaron luego de que encabezó una misión de paz de Naciones Unidas en Haití en el 2004, como parte de un esfuerzo más amplio por posicionarse como un líder global.
Compromiso brasileño
"Brasil tiene el compromiso de ayudar al pueblo haitiano y a su país (...) esto incluye a los haitianos que quieren venir a trabajar a Brasil, siempre y cuando esté dentro del límite que pueda ser absorbido por el mercado laboral", dijo Carlos Alfredo Lazary Teixeira, el embajador de Brasil en Perú.
"Lo que no dejamos de hacer es combatir a los coyotes.
Muchos ciudadanos brasileños son víctimas de los coyotes en la frontera de México y Estados Unidos", agregó.
En las décadas de 1980 y 1990, cientos de miles de brasileños dejaron su país huyendo del caos económico. Pero en la última década, muchos brasileños han regresado a casa, junto con la creciente ola de inmigrantes de otras naciones.
Luiz Bassegio, quien administra una obra de caridad para inmigrantes en Brasil, estimó que la cantidad de inmigrantes ilegales en Brasil ha crecido cerca de un 25% en los últimos dos años, a 800.000. Pero no hay cifras oficiales disponibles.
Las historias de que hay mucho empleo, especialmente en la construcción debido a que Brasil se alista para recibir a la Copa Mundial de fútbol en el 2014 y a los Juegos Olímpicos en el 2016, han hecho que los haitianos se fíen de agencias de viaje de dudosa reputación que les prometen llevarlos a Brasil por 3.000 dólares.
"Mi padre vendió nuestra casa para poder enviarme a Brasil a trabajar. Mi hermano tiene que dormir en la calle", dijo Charlemond Angelet, de 21 años, sacudiéndose los mosquitos que inundan Iñapari durante la temporada lluviosa en la Amazonía. Sus primos ya están en Brasil.
Muchos haitianos dijeron que debieron pagar unos cuantos cientos de dólares y fueron presionados a pagar por "información" sobre un viaje de tres días en autobús desde Lima hasta la frontera con Brasil.
Hay la posibilidad de que Brasil permita a estos haitianos solicitar visas humanitarias en la embajada de Brasil en Lima, pero muchos de ellos no tienen ni los dos soles peruanos (0,74 dólares) que les cobran los hoteles en Iñapari para usar el baño. Tampoco tienen para pagar otro autobús.
Mientras esperan, los haitianos congenian con los peruanos en el único café con internet de Iñapari, con apenas 1.200 habitantes, o juegan fútbol con los jóvenes brasileños.
"Mi madre vendió todo lo que tenía para pagar este viaje", dijo Esther Pierre, de 26 años, en su lengua nativa creole. "Si regreso ahora, ¿cómo voy a ayudar a mi familia?".
http://www.eluniverso.com/2012/02/09/1/1361/haitianos-destino-brasil-quedan-varados-amazonia-peruana.html
Abrimos este espacio en 2007 cuando en Haití se hablaba también español debido a la presencia de los soldados latinos de la MINUSTAH. Una ventanilla de expresión hispánica para verse mejor . Después del 2010, el mundo hispano se ha acercado bastante a Haití. Sirvio para darse cuenta del distanciamiento de sus vecinos de culturas hispanas casi todas. Esta sigue abierta para recibir todos aquellos que quieran entender y ayudar a esta nación patrimonio de la humanidad.
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