POR ODALIS MEJIA
El Centro Bonó fue el escenario utilizado por haitianos residentes en el país que conmemoraron ayer el Día Internacional del Trabajo con la exposición y venta de productos artesanales, químicos, confecciones, pinturas, manualidades, que son elaboradas por los propios inmigrantes.
El evento, celebrado por segundo año consecutivo, fue organizado por el Servicio Jesuita para Refugiados e Inmigrantes (SJRM) y la Red de Asociaciones de Haitianos Inmigrantes en la República Dominicana (REDAHIRD).
La REDAHIRD, según su coordinador Francis Faroutine, aglutina 35 organizaciones que trabajan con la capacitación y organización de los inmigrantes haitianos en el país. Faroutine explicó que el objetivo de la feria de productos es facilitar la convivencia entre la comunidad inmigrante haitiana y la sociedad dominicana.
Estimó en cerca de 12,000 los haitianos organizados en el país a través de la red, la cual interviene en la provincia Santo Domingo y otros puntos del territorio, previendo extenderse a todas las zonas donde residen haitianos. Mientras que Manuel Vásquez, coordinador del área de promoción social del Servicio Jesuita a Refugiados y Migrantes (SJRM), señaló que con el evento se busca además reconocer la laboriosidad del trabajador haitiano.
Señaló que el SJRM ejecuta, desde el 2003, un proceso de acompañamiento a las organizaciones de la red y orienta sus esfuerzos a la formación espacios de articulación de los inmigrantes haitianos. Ayer también se inauguró una oficina para la REDAHIRD en el Centro Bonó.
En la exposición se apreció una variedad de cuadros y pinturas haitianas, reconocidas por su gran colorido e imágenes multiplicadas. También confecciones de tejidos, ropa de cama, artesanía, repostería y panadería. Cabe destacar la presentación del Centro Educativo Dominico- Haitiano, entidad que ofrece alfabetización y educación básica a niños y jóvenes hijos de inmigrantes que residen próximos a la zona de San Isidro, donde la presencia de haitianos es masiva por el auge de la construcción. También capacitan mujeres en diversos oficios.
Andrelle Bellanstron, directora del centro, informó que en la actualidad cuentan con una matricula de 200 estudiantes y 60 mujeres. Durante la feria fueron expuestos algunos productos químicos y de confección que son elaborados por las alumnas de la escuela.
Dijo que aunque tienen 200 niños inscritos, debido a la falta de recursos, sólo pueden atender a 80. Esos niños, indicó, tampoco pueden ingresar al sistema educativo público por carecer de acta de nacimiento.
Además de la exposición de productos, durante la tarde se realizó una presentación artística en la conmemoración del Día del Trabajo con grupos de baile de la comunidad de inmigrantes haitianos, de poesía coreada y música bailable con la orquesta Konpa.
http://www.hoy.com.do/article.aspx?id=20537#
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Comentarios:
Entre las múltiples características y el sinnúmero de elementos que se pueden considerar cuando se quiere enfocar de manera exhaustiva la situación de los haitianos residentes en republica dominicana esta el comportamiento de algunos ciudadanos haitianos.
Durante muchos años, Republica Dominicana para la burguesía haitiana era este país donde van los “braceros” a cortar caña de azúcar o este país de donde vienen las prostitutas que alegraban la vida en los prostíbulos “fiesta” Copa Cabana” y otros lugares del mismo tipo.
En esa época Haití llevaba de lejos la delantera en materia del turismo no llevado a nivel de industria; esta misma burguesía no entendía como un bachiller Haitiano podía atreverse a ir a cursar estudios en las universidades dominicanas las cuales no gozaban de la solidez la competencia de nuestra universidad estatal.
Estamos describiendo la situación que imperaba en los últimos años de la dictadura de Jean Claude Duvalier.
De parte de la opinión pública dominicana la concepción del haitiano no era diferente. Para el dominicano que gustaba decir que “en Haití no había clase media”, un ciudadano haitiano entraba en una de dos categorías: el burgués, poseedor de una sólida educación multilingüe, y el bracero cortador de caña.
En este panorama, el haitiano no consciente de la identidad nacional que no tiene nada que ver con riqueza o pobreza, hacia frente a una situación delicada en la cual era difícil posicionarse. El resultado fue dañino para la integración de la comunidad haitiana. Algunos se dejaron llevar por la ola de las tendencias antihaitianas para negar todo lo relacionado con Haití aprovechando de la más mínima ocasión para esconder su identidad. Varios de los primeros estudiantes de la Universidad Autónoma de Santo Domingo y de otros centros privados adoptaron esta manera de auto defenderse con supuestas represalias o actos de discriminación.
Fue una concepción errónea de la manera de enfrentar el problema en la medida en que la sociedad dominicana en esa época carecía de informaciones serias para entender y comprender sus vecinos.
Así varios haitianos optaron por ignorar los braceros.
Hoy en día las cosas han cambiado bastante. La comunidad haitiana en republica dominicana es polifacética. Algunos líderes de Republica Dominicana están al tanto de la situación pero prefieren utilizar unos aspectos con casamientos falsos para defenderse o justificar algunos de sus acciones.
Existe una efectiva burguesía haitiana radicada en republica dominicana con más de 12.000 estudiantes universitarios. Hay varios negocios con capitales haitianos establecidos en zonas francas.
Eso significa que si todos los sectores y subgrupos que constituyen la comunidad haitiana en su conjunto se reúnen o se acercan, la sociedad dominicana tendrá otra visión de esa comunidad y del país. Pues no es justo que nuestra comunidad sea juzgada nada más por la cantidad de hermanos indocumentados quienes transitan entre los dos lados de la frontera.
Esta iniciativa de las asociaciones y grupos interesados en la problemática haitiana es muy interesante. Ya que pretende ir hacia la sociedad dominicana que prefiere ignorar su existencia.
(D. Lakyel)
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